Las películas y los videojuegos nos mostraron, a los que hemos tenido la suerte de no presenciar guerras, los intensos combates entre aeronaves. Menos destructivos, los chicos de FliteTest construyeron dos aeromodelos a control remoto y entablaron combate, con uno de ellos llevando un arma de aire comprimido en su lomo. Muy divertido.
Los drones han acaparado mucha de la atención que antes se dirigía a los coches a control remoto y a los torpedos teledirigidos, mezclando audiencias como si la diversión y la potencial destrucción militar fueran similares. Sus más variadas formas, los objetivos de cada uno y la cantidad de dinero que hay que meter dentro de su construcción han hecho que hay drones pequeños, de amateurs, y que estos sirvan como modelo para entender cómo funcionan los creados por gobiernos y sus agencias de seguridad, tanto para aniquilar enemigos como para espiarlos. Con intenciones menos sanguinarias, los chicos de FliteTest se pusieron a armar un avión controlado por control remoto o aeromodelo para divertirse y también para graficar cómo sería un dron amateur disparando desde los aires a otros. Lo interesante es que además de utilizar cámaras como cabina de piloto virtual y de adherirle un arma de aire comprimido controlable con joystick, lo han puesto a perseguir a otro avión.
The Kraken es el nombre con el cual bautizaron al avión de alas gigantes de dos motores basado en FT Versa Wing construido para el proyecto Kickin’ it with Kenny, un programa de la televisión especializado en el mundo de las construcciones de objetos voladores. El Kraken fue equipado con una pistola de airsoft semi-automática que tenía cargadas balas de salva con una pintura especial para marcar al impacto. Del otro lado estaba un mismo modelo de avión de alas gigantes pero que en vez de arma tenía una especie de marcador, con la cual realizar un trazo sobre el avión atacante si es que podía llegar a maniobrar defensivamente y luego cambiar a una posición ofensiva agarrándolo desde su retaguardia. En los controles estaban 3 personas utilizando gafas con visión de la cámara de sus aviones. Dos de ellas estaban al mando de un mismo avión, y mientras que uno pilotaba el otro disparaba el arma.
Como la velocidad de disparo es muy baja y encima es muy difícil mantener el impulso de los disparos cuando el avión está cortando la resistencia del viento, los impactos no iban a ser destructivos para el aeromodelo, pero así y todo el vídeo muestra una experiencia de 15 minutos más que divertidos. Vuelos rasantes, choques entre ellos, intercambios en la posición de ataque y defensa, mucha adrenalina y unos resultados poco mortíferos, pero que claramente nos dejaron con ganas de ver más de este grupo de aficionados que para el próximo video prometieron darle un arma al otro avión para hacer más justo y divertido el combate.
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