El Segway prometía convertirse en el sistema de transporte personal definitivo, pero hoy es difícil encontrarlo fuera de fábricas y excursiones. Bien, alguien está convencido de que es una excelente idea quitarle las ruedas al Segway e instalar cuatro rotores. En otras palabras, AirBoard es algo así como un cuadricóptero de transporte individual que busca financiación a través del crowdfunding.
El transporte personal por excelencia en estos días es la bicicleta. Algunos han tratado de reinventar su diseño básico, y otros optaron por instalar un motor para eliminar el esfuerzo físico bajo ciertas circunstancias. Sin embargo, el concepto entero de transporte personal dio lugar a toda clase de desarrollos, comerciales y experimentales. Por lejos, el Segway se ha convertido en uno de los ejemplos más mediáticos, y a simple vista parece ser una opción viable, siempre y cuando el conductor sepa lo que está haciendo. Ahora, llega desde Latvia algo que se perfila como una versión voladora del Segway. Su nombre es AirBoard, y ha sido presentado con el título de vehículo aéreo tripulado más pequeño del mundo.
En esencia, el AirBoard es un concepto de cuadricóptero personal con un diseño de 1.8 metros de largo, 1.9 metros de ancho y 1.5 metros de alto. Sus cuatro rotores de 40 kilovatios combinados deberían ser capaces de mover a casi cualquier persona, pero en la presentación oficial no tenemos datos sobre velocidad máxima, altura recomendada, tipo de baterías o rendimiento general. El AirBoard puede ser plegado a la hora de guardarlo, y como administrador de sus sensores principales utiliza un procesador Intel. También habrá una aplicación dedicada compatible con Android, iOS y Windows Phone que permitirá controlar al AirBoard, aunque no estoy seguro de qué tan buena sea esa idea.
Los creadores del AirBoard se han volcado a Indiegogo buscando 30 mil dólares para desarrollar este concepto. En lo personal siempre trato de ser moderado y constructivo con las críticas, y trataré de serlo ahora: La campaña de crowdfunding del AirBoard deja bastante que desear. En primer lugar, no ofrecen ninguna opción de compra para el vehículo, con la excepción de un pago de 250 dólares que abre la puerta a una venta prioritaria con descuento. En segundo lugar, los diseños de adhesivos, tazas y camisetas que se ofrecen como recompensas son horribles, y en tercer lugar, el premio máximo para quienes contribuyan con mil dólares es el nombre grabado de cada uno sobre el chasis de los AirBoards que salgan a la venta. La campaña lleva cinco días en línea, y apenas ha recibido quince dólares. Se supone que el AirBoard saldrá a la venta en algún punto de 2016. Necesitará mucha suerte.