Una buena noticia para el planeta, y por extensión para toda la vida en él, a pesar de que lleva treinta años en proceso: El agujero de ozono se cierra. Un grupo de investigadores del MIT y la Universidad de Leeds ha publicado un estudio con la evidencia más clara hasta la fecha de que la capa de ozono se está recuperando. Los investigadores colocan como razón principal a la entrada en vigor del Protocolo de Montreal, que estableció la prohibición de clorofluorocarbonos.
El Protocolo de Montreal fue acordado el 16 de septiembre de 1987, y su entrada efectiva en vigor se llevó a cabo el 1 de enero de 1989. La información disponible nos indica que tuvo un total de ocho revisiones entre 1990 y 2007, convirtiéndose así en el tratado internacional más exitoso. Los expertos seguramente destacarán que el protocolo es en realidad el mecanismo que surgió de la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, presentada el 22 de mayo de 1985. El punto es que la lucha contra el agujero de ozono y el deterioro global de la capa lleva más de treinta años, y aunque se encuentra muy lejos de terminar, un grupo de investigadores pertenecientes al MIT y la Universidad de Leeds reportaron eso que queríamos escuchar: Está funcionando.
El agujero de ozono ha modificado su tamaño durante los últimos años, en algunos casos drásticamente. En octubre de 2015, el agujero alcanzó los 23 millones de kilómetros cuadrados, un 20 por ciento «más grande» que el año anterior, pero la razón principal fue un incremento en la actividad volcánica, y los investigadores apuntan a las tres erupciones que el volcán Calbuco tuvo en abril de ese año, después de permanecer dormido por más de cuatro décadas. Eso los llevó a utilizar como referencia al mes de septiembre, mucho más estable y menos sensible a la actividad volcánica. Tras analizar los registros para el mes de septiembre de los últimos quince años (2000-2015), los resultados arrojan una reducción promedio de 4.5 millones de kilómetros cuadrados.
Si consideramos el hecho de que no todos los CFCs son iguales y esto modifica su degradación (algunos ya desaparecieron, otros seguirán por décadas), la noticia es muy alentadora. Varias agencias, entre las que aparece la NASA, llegan a conclusiones similares: De no ser por el Protocolo de Montreal, la capa de ozono desaparecería entre los años 2050 y 2060. Ahora, de mantenerse este ritmo de recuperación, lo más probable es que en esa década futura veamos una recuperación completa. Lento, pero un poco mejor cada vez.