Un equipo del MIT está trabajando en el diseño de un sistema capaz de abastecer con agua limpia y potable aquellas regiones del planeta que no cuentan con este indispensable recurso. El dispositivo permite obtener agua a partir de la niebla, capturando las microscópicas gotas en suspensión de forma similar a como lo hace el escarabajo Stenocara gracilipes, que vive en el desierto de Namibia. La organización humanitaria FogQuest ya está experimentando los primeros prototipos, con al esperanza de que este sistema solucione el problema de muchas comunidades.
El agua potable es uno de los recursos indispensables para la vida. El hombre necesita cada día como mínimo un par de litros para sobrevivir, pero no siempre es fácil obtenerla. Algunos animales, a pesar de vivir en espantosos desiertos, consiguen la cantidad de agua suficiente como para satisfacer sus necesidades. Uno de los más hábiles a la hora de realizar esta tarea es el escarabajo Stenocara gracilipes, que vive en el desierto de Namibia. A este animal le basta con colocarse a primera hora de la mañana sobre la arena, y esperar a que las gotas de rocío se condensen sobre su caparazón. A lo largo de millones de años de evolución ha conseguido desarrollar una textura que le permite atrapar la humedad contenida en el aire y aprovecharla para sul consumo. Inspirados en este método, los científicos del MIT (Massachusetts Institute of Technology) dirigidos por el ingeniero Shreerang Chhatre, han diseñado un sistema sencillo que podría permitir a muchas poblaciones pobres obtener agua potable sin la necesidad de caminar durante horas o días hasta el pozo o río más cercano. Según los datos proporcionados por la UNICEF, en la actualidad hay unos 900 millones de personas que carecen de una fuente segura de agua potable, con el agravante de que la difícil tarea de ir hasta los pozos y volver con la carga de agua casi siempre recae sobre las mujeres y niños de esos poblados.
El sistema del MIT permite recoger el agua de la niebla gracias a grandes paneles, similares a una valla, fabricados con un material que puede “atrapar” la humedad del aire y depositarla -mediante una canalización- en un depósito. El sistema funciona, y el equipo de Chhatre está trabajando en la búsqueda de materiales que permitan atrapar agua con mayor eficiencia. Hay que decir que no se trata de un sistema novedoso. Hace al menos 25 años que se viene experimentando con sistemas similares, pero una publicación relativamente reciente sobre las características del escarabajo namibio reavivó el interés sobre esta forma de obtener agua potable de la niebla. Esto condujo a los científicos del MIT a interesarse por el tema, y tratar de mejorar los trabajos anteriores. “Comenzamos intentando replicar lo que hace el escarabajo“, explica Chhatre, “pero logramos encontrar una superficie permeable y abierta que funciona bastante mejor. El escarabajo solo necesita beber unos pocos micro-litros de agua, pero nosotros necesitamos capturar una mayor cantidad de agua para que el sistema sea útil”, agrega. Y parecen haberlo logrado, ya que en este momento, la red utilizada por el MIT consigue capturar hasta un litro por metro cuadrado cada día. Asi y todo, los responsables del proyecto creen que es posible mejorar mucho este rendimiento.
Lo interesante del asunto es que no solamente en el MIT se ha renovado el interés por este tipo de solución. Una organización canadiense, llamada FogQuest, está trabajando en otro sistema de recolección de niebla. Han instalado sus redes en comunidades de Chile y Guatemala, y se preparan para hacerlo en otras del Tíbet. Ellos utilizan redes de polietileno y polipropileno, en configuraciones de unos 40 metros cuadrados. Cada red puede producir una media diaria de 200 litros de agua. “Media diaria” que se obtiene al considerar todo un año de trabajo, con días en los que no se recoge prácticamente una gota y otros en los que se capturan más de 1.000 litros. Y el sistema funciona. En Tojquia, una aldea de Guatemala, 150 personas obtienen el 100% del agua que necesitan de una red de 36 mallas colectoras proporcionada por FogQuest. Se trata de un método tan simple, que son los mismos lugareños los encargados de operar y mantener las redes. Chhatre cree que este tipo de sistema será muy útil en las comunidades de la costa occidental de La India, el sitio en el que ha nacido. “Alrededor de un tercio del agua dulce del planeta resulta estar en el aire”, explica, “solo debemos aprender a aprovecharla”. Parece fácil, y los primeros resultados son muy alentadores. Si se perfecciona el sistema, millones de personas cambiaran radicalmente sus vidas, aprovechando el tiempo que dedican a ir y venir de los pozos en otras actividades más interesantes.