Coche volador. Concepto que nos ha atormentado durante años a través de la ciencia ficción. Deuda constante de la industria automotriz, y un sueño extraño para la aeronáutica. Afortunadamente, la historia del coche volador está siendo reescrita. Hoy, la pluma la tiene el AeroMobil 3.0. Aún está lejos del mercado, y las regulaciones lo mantendrán en el suelo por mucho tiempo, pero una vez que logra despegar… se acaban las dudas.
Son muchas las cosas que vienen a nuestras mentes cuando imaginamos un coche volador. Tecnología antigravitacional, reactores de fusión compactos, inteligencias artificiales como pilotos, sistemas avanzados de navegación… la lista sigue. Algunas de las mentes más brillantes en el universo de la ciencia ficción exploraron estos conceptos, y aunque el coche volador no es más que una herramienta dentro de sus historias, siempre ha tenido un efecto especial en todos nosotros. Las piezas tecnológicas más importantes de las últimas décadas han registrado varios saltos evolutivos. Sólo basta con ver a los ordenadores y los teléfonos móviles para comprobar esto. El coche experimentó nuevas técnicas de construcción, nuevos materiales, y nuevas fuentes de energía, pero se ha resistido mucho a la idea de ganar alas y surcar los cielos. Tal vez sea cuestión de esperar un poco más, o de encontrar el diseño perfecto. El AeroMobil 3.0 quiere ocupar esa posición.
La respuesta a la pregunta principal es sí, el AeroMobil 3.0 vuela, y debo reconocer que lo hace bastante bien. 160 kilómetros por hora de velocidad máxima en tierra, y una autonomía de 692 kilómetros en el aire definen las capacidades esenciales del AeroMobil 3.0. El coche volador fue presentado recientemente en el llamado Festival de Pioneros en Viena, un lugar que definitivamente le sienta bien. Después de todo, el AeroMobil 3.0 es un pionero por mérito propio. Si bien ha tenido varias versiones previas, nos atrevemos a decir que la variante 3.0 parece estar lista para ingresar a una fase superior de producción. Claro que, la realidad coloca un freno. El AeroMobil 3.0 no pudo dar una demostración pública en el festival debido a las reglas de aviación locales. La burocracia se perfila como uno de los grandes enemigos del AeroMobil, aún si todo se hace en nombre de la seguridad.
250 metros para el despegue y 50 metros en el aterrizaje son las medidas de pista que necesita el AeroMobil 3.0. ¿Tienes eso en algún campo privado? Bien, ahora es tu turno de convencer a sus desarrolladores que hagan uno a pedido. El número mágico para la versión final del AeroMobil estaría danzando alrededor de los 300 mil dólares, pero no hay preventa, ni licencias. Sólo más espera.
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