Dragon Age: Origins es un juego muy ambicioso. No solo por ser el sucesor espiritual de uno de las mejores series de rol de la historia (Baldur’s Gate), sino también, porque BioWare tiene entre manos un enorme concepto. Según han dicho, la historia de tu personaje variará dependiendo de todas tus decisiones. Hasta las más pequeñas tendrán grandes repercusiones y cambiarán el mundo de una manera diferente a lo que vería otro jugador.
¿Recuerdas aquella época de videojuegos en la PC donde Baldur’s Gate era lo mejor que te había pasado en la vida? Ahora estamos muy lejos de aquellos gloriosos tiempos, sin embargo, empresas como BioWare (creadores de esta misma serie y Mass Effect, entre otros) quieren volver a traer ese sentimiento de RPG profundo y un mundo rico por explorar con gran detalle en la política y cultura de cada raza.
Claro que Dragon Age: Origins no es una secuela directa de Baldur’s Gate. Para empezar, no toma lugar en el mismo universo. Aunque el original era muy fiel a Dungeons & Dragons en casi todos los aspectos, Origins ocurre en un universo creado por BioWare y que, según han dicho, tendrá una mirada muy madura respecto a la relación entre los personajes y sus culturas y políticas. De todos modos, más allá de las diferencias, BioWare sigue insitiendo con que esta es la secuela espiritual de Baldur’s Gate, más que nada porque es la evolución de lo que ellos intentaban capturar allí por 1998.
Antes que nada, sería prudente aclarar que el concepto detras de Dragon Age: Origins es masivo. Es realmente enorme. La idea es que, dependiendo de la clase que elijas, la trama gire alrededor del origen de dicho héroe. Pero cómo se desarrolla la historia depende de ti, las relaciones que hagas y las decisiones que tomes. Todo el mundo y las personas cambiarán por las decisiones que tú tomes y se verá reflejado en muchas cosas. Esto es lo que ellos prometen, pero de aquí a que funcione tan bien como suena es otro tema.
Según ha dicho BioWare, mucha de la atención está yendo a la historia y las relaciones que creas a lo largo de la aventura. Hay una enorme cantidad de personas que pueden acompañarte y todo dependerá de tu alineación moral. Es más, si estás con personas de buena moralidad y haces cosas malas, mostrarán su disgusto por tus acciones y hasta te atacarán o abandonarán el grupo si se hartan de tí. Por ejemplo, en una partida puedes encontrarte con un compañero del pasado con quien tienes muchas historias luego de haberlo dejado en un puerto de alguna ciudad algun tiempo atrás. Mientras tanto, en otra partida, ese mismo personaje puede ser un completo extraño o no tratar con él en todo la partida.
Como muchos de los RPGs de hoy en día, los diálogos también tendrán mucho efecto en el mundo y van de la mano con las personas que tengas en tu grupo. Por ejemplo, en ciertos casos puedes encontrarte con un problema que, dependiendo de los personajes que tengas en tu grupo, puedes llegar a diferentes soluciones, algunas violentas y otras pacíficas. Todas estas cosas ya se han visto en varios juegos, pero según dice BioWare, en Dragon Age será constante y cada una de tus decisiones afectará de alguna manera el mundo.
Habrá tres clases de personajes: Rogue, Guerrero y Hechicero, pero cada uno de estos tiene un amplio árbol de habilidades que permiten personalizarlo a tu estilo de juego. Además, se implementará un sistema de hechizos que permitirá utilizarlos para interactuar con el ambiente, además de usarlos en combate. Por ejemplo, un hechizo de viento puede apagar un incendio, etc. Siendo que cada inicio de la historia cuenta el origen de cada personaje, no es lo mismo dónde empezará alguien ligado a la realeza que un ciudadano común y corriente, así que la creación del personaje también tendrá un gran impacto en la historia.
El combate está diseñado con los jugadores de la vieja escuela en mente. Muy inspirado en el combate de Baldur’s Gate, las batallas toman lugar en tiempo real, con la posibilidad de pausar la acción en cualquier momento para pensar otro avance táctico o darle órdenes a los integrantes de tu grupo. Claro que dependiendo de las clases y los niveles de los personajes tendrán diferentes poderes y, por lo que hemos visto, ciertos personajes pueden llegar a tener poderes bastante devastadores. Además, el hecho de poder cambiar entre cámara en tercera persona e isométrica, no solo nos hace acordar a Baldur’s Gate, sino que es una buena manera de controlar varios personajes a la vez.
Aunque BioWare mismo afirma que Dragon Age: Origins fue diseñado para ser jugado en el ordenador, también existirá una versión para consolas. Claro que nosotros jugaremos la versión de PC, como corresponde, pero si alguien está interesado en una experiencia más simplificada, aquella versión parece que será bastante diferente a la de PC. No en cuanto a contenido, sino en cuanto a interfaz y cómo se jugará. Mientras que el PC permite distribuir accesos directos por todo el teclado, la consola tendrá una interfaz más simple, similar a un juego de acción en tercera persona, con un menú radial para controlar los poderes y habilidades.
Admitamoslo, vivimos en una era donde los juegos parecen todos iguales, pero Dragon Age: Origins es realmente un título muy ambicioso, que puede fallar horrendamente en su objetivo o cumplir cada una de las cosas al pie de la letra y terminar siendo fantástico. En caso de que BioWare cumpla con todo lo que promete para este título, desde ya podemos decirle adiós a nuestras vidas sociales, trabajos y demás actividades en el mundo real. Dragon Age: Origins estará disponible para PC, PlayStation 3 y Xbox 360 desde el 20 de octubre.