Espeluznante la cruzada que se ha iniciado para desintegrar el intercambio de archivos representado por los sistemas P2P. Varios países se han reunido para conciliar un acta oficial con la firme intención de criminalizar el intercambio P2P y convertirlo en una actividad legalmente perseguida hasta sus últimas consecuencias. Según el borrador del ACTA incluso las copias protegidas que se descarguen sin ánimo de lucro serán motivo de fuertes multas y penas de cárcel para los reincidentes. Las hostilidades se han desatado y a las huestes infernales ya nadie parece ser capaz de detenerlas.
Entramos a punto de entrar en una era de oscurantismo tecnológico. Esta es una de las peores noticias que se podían escuchar en el ámbito de la sociedad digital y puede que más allá. Los gobiernos no han podido resistir la tentación de criminalizar una de las actividades que mas quebraderos de cabeza le han estado produciendo. Ya estaban tardando pero finalmente han conseguido organizarse y redactar un principio de acuerdo que han bautizado como ACTA (Acuerdo de Comercio Anti-Falsificación). Yo prefiero llamarlo Acuerdo Contra Todo Adelanto porque lo que pretenden con esta absurda medida no es otra cosa que pulverizar uno de los mayores logros conseguidos por la sociedad en forma de acceso libre a la cultura de todos y para todos. Un hito histórico que nos había catapultado hacia una nueva era de conocimiento y de capacidad de elección. Jamás en el devenir de la humanidad se había logrado semejante hazaña, que ha sido posible gracias a Internet y al intercambio de archivos. Sin embargo, esto produce un miedo cerval en los gobiernos. No soportan la pérdida de control. Sobre todo cuando la gente se opone a sus intentos de control con medidas que les proporciona la propia tecnología.
Para que se vea bien quiénes son los que se oponen a la voz mayoritaria de sus representados comunicamos la lista provisional de integrantes de este inquietante y turbio documento. Entre los países que entregan las 30 monedas de la traición a los grupos de poder culturales y entidades de gestión, se encuentran los siguientes: Estados Unidos, La Unión Europea, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Canadá y México.
El ACTA refleja la firme intención de perseguir legalmente a todo aquel que intercambie archivos protegidos aunque sea sin ánimo de lucro. Asimismo, pretenden imponer penas de cárcel y castigos económicos tan altos que borre de la mente cualquier tentación de saltarse la ley. No escapa a su idea el mantener un control total sobre las actividades de los internautas que ejecuten programas P2P, porque sería la única forma de intervenir eficazmente la autoría de una descarga/intercambio de archivos. Visto lo cual, el recorte de libertades para las personas se nos antoja realmente preocupante. Este marco legal soñado por los enemigos del intercambio libre de archivos se volverá a negociar en Marruecos este mismo mes y la pretensión de puesta en marcha del ACTA de los integrantes de este despropósito monumental está fechada en el año 2010. Aunque este documento liberticida inicialmente lo lideró el gobierno de los Estados Unidos parece que, con Obama en el cargo de presidente, las cosas pueden retrasarse ligeramente. De todos modos, las cartas están sobre la mesa y se percibe la firme amenaza de acabar por todos los medios con el intercambio de archivos protegidos.
Torquemada reencarnado ha salido de su negra madriguera y campa a sus anchas evangelizando adeptos para su causa. Regresamos a una nueva Edad Media donde el conocimiento, la cultura y la libertad serán mancilladas con perversa iniquidad en cada esquina del mundo. Asistimos, como siempre, al brutal intento de hacerse con el control de la sociedad, del dinero y del poder por encima incluso de los propios deseos mayoritarios de los ciudadanos. Que Dios nos coja confesados.