Una de las enfermedades más temibles de la historia acaba de toparse con un equipo de médicos que han descubierto un posible punto débil con el que atajar la dolencia. Los científicos han aclarado cómo se produce la metástasis a causa de una enzima y declaran que podría detenerse el proceso y frenarse la enfermedad. Este prometedor avance podría representar un nuevo hito en la curación definitiva del cáncer.
Para comprender bien cómo actúa el cáncer debemos tener en cuenta dos de sus mecanismos mas mortíferos. Por un lado la capacidad de las células cancerosas de replicarse de modo indefinido. Y por otro lado, la habilidad para desplazarse desde su punto de origen hasta el resto del cuerpo. Esto permite que, por ejemplo, un cáncer de piel o de mama, que podría atajarse perfectamente y no ser mortal, pueda convertirse en un cáncer de cualquier órgano vital y acabar rápidamente con la vida humana. La unión de estas dos potencialidades son la que hace del cáncer una de las patologías más temidas del siglo. La medicina se encuentra atacando varios frentes para tratar de desactivar la enfermedad. Existen líneas de investigación que intentan abortar la proliferación ilimitada de células cancerosas a base de sistemas tan lejanos como antimateria, pasando por las nanomáquinas. Existen estudios que persiguen la creación de fármacos dirigidos específicamente a destruir dichas células. Y existen investigaciones como las del equipo médico liderado por Marco Falasca del Instituto de Ciencia de Células y Moléculas en Barts, en unión a la Escuela de Medicina y Odontología de Londres. Han descubierto una información fundamental que describe cómo se realiza la metástasis, es decir, el desplazamiento de las células cancerosas a través del cuerpo. Se ha publicado en la revista Science Research.
El equipo de investigadores ha demostrado que existe una enzima, la fosfolipasa Cy1 (PLCγ1), que está implicada en la metástasis y juega un papel crucial en su formación. Pero han hallado una cosa aún más importante y es que la regulación a la baja de la expresión de esta enzima puede revertir la progresión de la metástasis. El grupo investigó desde diferentes enfoques cómo intervenía la PLCy1 en líneas celulares de cánceres fuertemente invasivos. Y los resultados mostraron que para que se produzca la metástasis en un cáncer de mama es necesaria la presencia de esta enzima asesina, que a su vez activa a la proteína Rac1. Este lazo funcional ha quedado demostrado y esto permite conocer mejor las relaciones causa-efecto entre estas sustancias. El profesor Falasca explicó que “de forma consistente con respecto a estos datos, hemos detectado un incremento en la expresión de la PLCy1 en las metástasis, en comparación a los tumores primarios de cáncer de mama que muestran los pacientes. Por tanto, el PLCy1 es crítico en la formación de metástasis, por lo que el desarrollo e inhibición de esta enzima posee un potencial terapéutico enorme en el tratamiento de la diseminación por metástasis”.
Este es un descubrimiento apasionante. Ha demostrado que desactivar esta molécula evita la metástasis. El hecho es sencillo, si detenemos la metástasis podemos detener las muertes por cáncer. Ahora necesitan centrarse en el desarrollo de fármacos que puedan bloquear el PLCy1. Estamos a un paso.