A pesar de la cantidad de información que existe en la red al respecto y de la montaña de tutoriales explicando cómo obtener lo mejor de estas redes de intercambio, hay muchos usuarios que todavía buscan una solución mágica para aumentar la velocidad de descarga en sus clientes p2p. En este punto es en donde entran estos supuestos aceleradores, que prometen velocidades increíbles a cambio de una no tan módica suma. Hoy decidimos probar uno, sólo para comprobar si hay algo de cierto, o si sólo es una estafa más.
Conociendo los límites
Para describir esto de la mejor forma posible, es adecuado citar a cierta frase que Morpheus le menciona a Neo en la primera película de Matrix: "Algunas reglas pueden doblarse. Otras pueden romperse.". Por ejemplo, ajustar la configuración de Windows para mejorar su respuesta equivale a "doblar las reglas", ya que con su configuración por defecto, el sistema operativo funciona salido de fábrica (en teoría, claro). Un ejemplo de "romper las reglas" sería el del overclocking, forzando a un procesador o a una tarjeta de vídeo a correr en velocidades para las que, según su fabricante, no fueron diseñados.
Aún así, no importa si destripamos a un sistema operativo para hacerlo más veloz o si arrojamos nitrógeno líquido sobre un procesador para hacerlo funcionar a 5 Ghz, todo tiene un límite. Las conexiones p2p no son la excepción, no importa qué cliente o protocolo estemos utilizando. Ahora, algo cierto es que estos clientes deben recibir algún ajuste en mayor o menor medida, de lo contrario sus velocidades de descarga pueden ser algo decepcionante. Lo malo es que el usuario promedio desconoce estos ajustes, lo cual entrega una ventana de oportunidad a ciertos individuos que simplemente se encargan de acumular información gratuita publicada en la red, compilarla en forma de guía y vendérsela a estos usuarios despistados por valores que difícilmente bajan de los €15. En cambio, otros crean supuestas aplicaciones que optimizan y aceleran las descargas p2p al punto de obtener "mejoras de hasta un 500%", que por supuesto tampoco son un acto de caridad.
Tomemos como referencia a la red BitTorrent. En general, hay tres límites básicos (puede haber más) que determinan la velocidad de descarga a través de este protocolo. El primero son las fuentes y los trackers. No podrás alcanzar una velocidad de descarga de 200 KB por segundo si sólo hay una o dos fuentes disponibles, por más que la teoría especule que sí podría lograrse. En promedio los usuarios de la red BitTorrent no entregan más de 10 KB por segundo en calidad de subida, por lo tanto necesitarías veinte de esos usuarios que posean el archivo completo o parte del mismo para alcanzar una velocidad teórica de 200 KB por segundo, y que estén conectados durante todo el tiempo que dure la descarga que estás realizando. También hay que tener en cuenta al tracker, que puede limitar la velocidad de descarga de manera arbitraria para hacer más justa la distribución del contenido.
El segundo es la velocidad de bajada y subida de la conexión. Es increíble la cantidad de gente con la que me he encontrado que piensa que por tener una conexión a Internet de 5 megabits (equivalentes a un pico de 640 kilobytes por segundo) va a poder descargar a esa velocidad de forma automática e inmediata. No. Lo único que hace una conexión más veloz en las redes p2p es ampliar los márgenes. En cambio, el papel de la velocidad de subida es fundamental. Todas las redes p2p tienden a entregar mayor prioridad de descarga y/o ancho de banda a quien más comparte material con los demás. Entregar 10 KB por segundo a la red p2p es algo relativamente lógico en estos días (aunque podría ser más), pero si posees sólo 16 KB por segundo de subida, tu conexión a Internet caerá de rodillas como si tuviera una mochila de plomo en la espalda. Quienes utilicen el cliente uTorrent podrán comprobar esto al abrir el asistente de configuración. Si se observa con detalle la lista de velocidades predefinidas, verán que las velocidades de descarga no están reportadas, pero las de subida sí. En resumen: Si hablamos de redes p2p como eMule o BitTorrent, la subida es más importante que la bajada. Para obtener, comparte.
El tercero son las restricciones denominadas "ajenas" que pueden afectar a la conexión como limitaciones del proveedor de Internet o del sistema operativo. Los proveedores pueden aplicar ciertos patrones de filtrado o regulación de velocidad (el término en inglés utilizado en este caso es "throttling") sobre aquellos "usuarios pesados" que consumen un ancho de banda superior al de los demás. Para evitar esto existen cosas como la encriptación en BitTorrent y la ofuscación en eMule, que impiden reconocer el contenido de los paquetes que son enviados y recibidos a través de estos protocolos. Sin embargo, algunos proveedores simplemente se basan en una cuestión de cantidad, y no de contenido, para reducir el ancho de banda disponible de un usuario. También hay que batallar con límites técnicos, como el conocido "evento 4226" existente en Windows XP y Windows Vista o problemas de configuración en routers y firewalls.
Sorteando estos límites, podrás obtener una velocidad de descarga óptima de acuerdo a tu conexión. Lo ridículo es que estos supuestos optimizadores prometen hacer una especie de overclocking a la descarga, obteniendo velocidades más allá de lo óptimo. Parece que estas personas deberían leer en el diccionario la definición de "óptimo", o sea, "Algo sumamente bueno, que no puede ser mejor". Para confirmar esto hicimos una prueba utilizando uno de estos optimizadores. Esto fue lo que encontramos.
Con Debian como testigo
Para esta prueba decidimos descargar un torrent de buena calidad, con una saludable cantidad de seeds y un tracker que funcione de maravillas. En la gran mayoría de los casos, las distros de Linux cubren a la perfección estos dos puntos, así que nos inclinamos por descargar una imagen ISO de la última versión estable de Debian. De más está decirlo, tanto uTorrent como nuestro router y firewall están configurados correctamente, y la conexión fue comprobada en múltiples ocasiones. Para mayor información, nuestra conexión a Internet está sincronizada a 1710 kilobits de bajada, y 510 kilobits de subida:
Con sólo treinta segundos de iniciada la descarga ya obtuvimos un promedio de 190 KB por segundo, con variaciones entre 180 y 200 KB por segundo. El máximo teórico de una sincronización de 1710 kilobits (kilobits divididos por 8 pasan a ser kilobytes) sería una descarga de 213,75 kilobytes por segundo, pero quienes hemos usado Internet desde hace años (en especial durante los módems telefónicos de 56k) sabemos que los máximos teóricos pueden rozarse, pero no mantenerse estables. Así fue que descargamos a uTorrent Turbo Booster, una aplicación que acelera las descargas en uTorrent. Al instalarla, lo predecible: Una misteriosa barra quería acoplarse tanto a Internet Explorer como a Firefox. ¿Cuál fue la peor parte? Que especificamos que no se instalara, pero lo hizo de todas formas. Además, durante la instalación abrió dos veces la página oficial del programa invocando un navegador. Sin palabras.
Acto seguido, nos encontramos con el "detalle económico no mencionado" en la página de descarga, el cual consiste en que esto es apenas una versión light, y que se nos enviaría un código para obtener el "poder total" del acelerador a cambio de €15. El programa se inició y la función de aceleración quedó activada, por lo que fuimos de regreso a uTorrent y volvimos a descargar el ISO de Debian.
Interesante. Comprobamos que el tracker estuviera funcionando bien y que la cantidad de seeds no hubiera variado demasiado (apenas dos seeds menos), pero con el acelerador activado la descarga no superó los 75 KB de promedio. De hecho, la única indicación de actividad por parte del acelerador era su contador de bytes, y nada más. ¿Por qué tras tres minutos sólo había ocho seeds conectados, cuando antes tuvimos dieciséis en treinta segundos? ¿Culpa del acelerador o del tracker? Ni siquiera nos molestamos en preguntar. Desactivamos el acelerador y volvimos a descargar Debian por tercera vez:
Los números no mienten. Sin el acelerador regresamos a nuestro promedio de 190 KB por segundo. Tal vez el acelerador se encontró con el hecho de que no podía optimizar nada y su intervención fue contraproducente. También puede existir el caso de que haya intentado aplicar alguna clase de control a través de QoS, que nosotros no utilizamos. Pero el punto es que el acelerador no funcionó, sin mencionar que instaló una barra en Internet Explorer en contra de nuestra voluntad.
Nuestra conclusión: Pedir dinero a cambio de aplicaciones como ésta es una estafa. Cualquier clase de optimización que pudiera llegar a aplicar está disponible en forma gratuita en la red a través de guías y tutoriales. En los foros oficiales de cada cliente (sean variaciones de eMule o clientes BitTorrent) hay información detallada sobre qué parámetros ajustar para obtener una descarga óptima. Si hay que abrir un puerto en un router y no está disponible el manual de usuario, probablemente pueda descargarse de la red, o también consultar esta página que indica paso a paso cómo abrir puertos para cada programa, incluidos los clientes p2p. Y por lo que más quieran, compartan lo que descargan.
¡Buena suerte!
Hace unos años, con las primeras versiones de eMule, yo me encontré con un acelerador, en este caso gratuito, que prometia una velocidad de descarga de vertigo (algo fuera de lugar con las ADSL que habia de 256 Kb). El "truco" era que modificaba la frecuencia de actualización del clock de bytes del eMule, de manera que el medidor de velocidad se actualizaba cada 3 segundos (valor por defecto y regulable) en lugar de cada segundo, y como la formula del cálculo era fija (numero de bytes transferidos x segundo) al contar cada 3 segundos, el valor del indicador era 3 veces superior.
Lógicamente, el tiempo de descarga y la cantidad de datos se mantenia, pero estoy seguro de que con esta simple treta engañaron a mas de uno.
Y seguro que algun bichito tendría… 😉
Muy cierto, cuanto mas compartis, mas recibís. Personalmente prefiero las descargas comunes a las p2p, mi ancho de banda es muy limitado.
Pues desde la exitencia de las conexiones de red esto ha sido una constante, recuerdo un supuesto acelereador que vendían (acá en México) con la conexión de DialUp de ATT, que te aceleraba las descargas a 120 Kb, practicamente el doble de lo registrado en los viejos y olvidados moduladores, lo utilice poco debido a que alentaba la máquina mounstrosamente, lameblemente este es un truco tan viejo como la Web y lo seguiremos viendo por mucho mucho tiempo…
Increible pero cierto, y lo peor que los que siempre caen son la personas ingenuas y nuevas en el mundo del internet. bueno hace tiempo que me cure en salud en ese tipo de estafa (bueno es que a la final ni tenia dinero electronico y ni lo sigo teniendo, pero algun dia lo trende y ya se que no caere en ese tipo de estafas, y ademas siempre buscaba por nuestro querido google para ver si era veridico ese tipo de programas)
la verdad es que a día de hoy existen cantidad de aceleradores para programas P2P: Ares, eMule, kazaa, Limewire… para todos los programas de compartición de archivos más conocidos. En ocasiones, es incluso la misma empresa que lanza programas muy similares con diferentes nombres para captar más gente.
Vuestras conclusiones creo que son perfectamente válidas, los aceleradores no creo que optimicen mucho. En realidad, los propios programas P2P ya permiten realizar todas las optimizaciones que quieras y más
Gracias por sus valiosos comentarios, veo que no estimo ningún tipo de esfuerzo en documentarnos de ua forma realmente apropiada, sin embargo tengo una duda espero me puedan aclarar: en varios post he notado que hablan del 20% reservado por WinXP, que si se modifica obtendermos este 20% mas de velocidad en nestra línea de internet. Tengo una sala de internet con 2000 k de banda ancha, si modifico este 20% de winXp, pierdo calidad en la administración de los equipos de mi red?. Ademas que cierto hay, en que programas como LinWare y ares, aumenta el riesgo de descargar virus o malware de la red?
Gracias de antemano por su colaboración