Si piensas que la fotografía es una especie de carrera armamentista, lo cierto es que no puedo culparte, pero hay una diferencia importante con otras actividades, y es que tienes un mayor control sobre dicha carrera. En otras palabras, eres tú quien impone el ritmo. Entonces, cuando hablamos de accesorios recomendados para tu estudio fotográfico, lo que queremos es servir de guía con la idea de que busques, compares, preguntes, y finalmente adquieras.
Es fácil llegar a la conclusión que no todos desean vivir de la fotografía. Muchos se conforman con una buena cámara réflex al cuello y la posibilidad de visitar lugares especiales para capturarlos a través de una lente. La etiqueta de «entusiasta» no es algo malo. Todo lo contrario, de hecho. La fotografía carga con una serie de reglas específicas, pero disfrutarla obedeciendo a un modo o una estructura no es una de ellas. Con el tiempo desarrollarás tu propio estilo, lo que a su vez te ayudará a identificar tus necesidades principales, y en consecuencia, a invertir dinero. En más de una ocasión, el camino de la fotografía nos llevará al territorio del estudio. Por más bellas que puedan ser las fotos en exteriores, tarde o temprano desearás un entorno… «controlado», si se quiere. El plan es dejar a un lado la lucha con la luz, los reflejos no deseados, la hostilidad del clima (ni siquiera el mejor fotógrafo del mundo puede convencer a una nube de que se mueva), y otros factores. Pero el estudio fotográfico requiere ayuda. Hace un tiempo hablamos de los accesorios de estudio de iluminación más importantes, sin importar si eres entusiasta o profesional en ascenso, y hoy me gustaría expandir un poco.
Luces, flashes, más luces, y más flashes
A la foto la hace el fotógrafo, pero la luz también. Esto no es invento mío, sino una especie de mantra comprobado que se repite en el mundo de la fotografía una y otra vez. A menos que limitar la cantidad de luz disponible sea tu objetivo desde el principio, todo estudio debe contar con fuentes abundantes. Lo interesante es que no debes entregar un riñón como parte de pago. A decir verdad, hay flashes de estudio y kits de iluminación general más económicos que el smartphone promedio. Tomemos por ejemplo al paquete Quadralite Move 300. Es un punto de partida excelente: Dos flashes de estudio de 300 vatios, una softbox, un paraguas reflector, soportes que se extienden hasta dos metros… y menos de 300 euros por el conjunto completo.
Si deseas subir o bajar un escalón, nada te lo impide. Si esos 300 euros resultan un poco incómodos (ya sabes, fin de año y esas cosas), encontrarás una excelente alternativa en el flash de estudio Visico VL-400 Plus, que puedes adquirirlo solo (130 euros), o acompañado por algún accesorio. Por apenas 40 euros adicionales es posible sumar un paraguas reflector con su soporte compatible, o varios filtros y el llamado «nido de abejas», un difusor muy interesante con el que vale la pena experimentar. Técnicamente cualquiera podría fabricar su propio nido de abejas (algunos genios han combinado pajillas, pegamento, cinta y goma-espuma), pero como primera opción creo que lo mejor es comprar uno. Ahora, si prefieres al Visico VL-400 Plus con todo el batallón a su lado (dos flashes, dos paraguas, un softbox, un plato, disparador automático, filtros, nido de abejas, y más), la marca no supera los 500 euros. Un iPhone sale más caro.
¿Necesitas comprar todo a la vez? No, por supuesto que no. Recuerda lo que dije en el primer párrafo: La fotografía podrá ser una carrera armamentista, pero controlas el ritmo. Los accesorios auxiliares que acompañan a las luces y los flashes de estudio están todos disponibles por separado, con números que se rinden ante presupuestos muy humildes. La fotografía siempre transmite la sensación de ser intimidante, pero no es tan así. Una vez que conozcas a los elementos disponibles en tu mercado y los precios que se manejan, te sentirás mucho más cómodo. Explora, experimenta, y como siempre, sal allá afuera. ¡Buena suerte!
