Hay muchas cosas que deben ser erradicadas (por más fea que suene la palabra), y una de ellas definitivamente es la silla de ruedas. El avance de la ciencia y la tecnología nos ha llevado a desarrollos de todo tipo, que buscan recuperar el movimiento en personas con parálisis. La última novedad proviene de la Universidad de Louisville, donde un grupo de científicos creó implantes que se instalan en la médula espinal, y restauran la comunicación entre el cerebro y las piernas.
Existen varios motivos por los cuales una persona puede quedar paralizada. Desde el daño recibido en un accidente hasta el avance de una enfermedad degenerativa, perder capacidad de movimiento es una consecuencia que debe ser combatida con todos los recursos a nuestro alcance. En más de una ocasión exploramos la posibilidad de usar exoesqueletos como sistemas de asistencia para restaurar la movilidad y abandonar la silla de ruedas. Pero lo que tenemos aquí hoy no es un proyecto derivado de la robótica. En términos generales, parálisis es la pérdida de la función muscular, provocada (en ciertos casos) por la falta de comunicación entre el cerebro y las extremidades. La clave está en desarrollar un método que permita reiniciar dicha comunicación, aunque sea de modo parcial. En el Centro de Investigación para Heridas de la Médula Espinal en la Universidad de Louisville, un grupo de científicos ha desarrollado una serie de implantes que, ubicados en la región lumbosacral, actúan como una vía entre el cerebro y las extremidades inferiores del cuerpo.
La investigación cuenta con la participación de cuatro personas, pero de acuerdo a la doctora Claudia Angeli, existe la posibilidad de pulir el diseño de los implantes, mejorando la coordinación en los movimientos, y eventualmente permitiendo al paciente caminar. A través de una modulación de voltaje especial para cada tarea, los algoritmos involucrados en el sistema de implantes pueden optimizar la distribución de cargas eléctricas con el objetivo invocar movimientos específicos, entrenados y aplicados a voluntad por los pacientes. Como era de esperarse, estos implantes tienen sus limitaciones. Los algoritmos son diferentes para cada lado, por lo que en estos momentos sólo es posible mover una pierna a la vez, sin embargo, versiones futuras deberían ser compatibles con la entrega simultánea de algoritmos, abriendo paso a una mecánica más compleja.
Otro aspecto de gran importancia es que, además de restaurar el movimiento en las piernas, los implantes han permitido a los pacientes recuperar otras funciones, como el control de la vejiga y los intestinos, además del estímulo sexual. Esto aumenta en gran medida la calidad de vida de los pacientes, y reafirman el entusiasmo que genera esta clase de desarrollos. Parálisis es mucho más que ausencia de movimiento. Tiene el potencial de afectar la moral y la dignidad de cada persona, y como dije más arriba, debemos combatir eso. Estos nuevos implantes aún están lejos de hacer caminar a una persona, pero son un paso gigantesco en la dirección correcta.
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