Lisandro Pardo
Desarrollar un coche demanda varios años aún en condiciones ideales, y los constantes cambios en el mercado tampoco ayudan. Entonces, ¿qué opciones tiene una compañía si desea minimizar riesgos? En el caso de Ford, su división australiana apuesta a la realidad virtual, aplicando tecnología derivada del Oculus Rift para crear y evaluar modelos virtuales de sus próximos coches.
El Oculus Rift está atravesando un momento bastante delicado. Los directivos de Oculus VR sabían que su adquisición por parte de Facebook iba a generar algunas reacciones negativas, pero los elementos más radicales e inestables de la comunidad ya ingresaron en el lamentable territorio de las amenazas de muerte, que incluyen a los familiares de Palmer Luckey y compañía. Esta no es la clase de noticias que queremos recibir sobre el Oculus Rift. Más allá de quien haya puesto los billetes sobre la mesa, lo que nos interesa de verdad es la aplicación de su tecnología, no sólo en el ámbito del entretenimiento, sino en entornos con otras exigencias, como el diseño y la construcción. Si retenemos ese pensamiento, llegamos al Centro de Realidad Virtual en la división australiana de Ford. Allí, ingenieros de primer nivel están usando recursos derivados del Rift para virtualizar y evaluar diseños de coches que aún están a varios años de llegar al mercado. (N. del. R.: El vídeo es de 2012, pero nos da una excelnte idea sobre el trabajo que están realizando.)
Con el objetivo de hacer aún más completa la experiencia, Ford utiliza cámaras que capturan el movimiento de los ingenieros, además de un tablero de pruebas, con un volante y controles reales. El uso de guantes especiales permite a un ingeniero “ver sus manos” cuando tiene puesto el casco, pero trabajar desde la perspectiva de la cabina es apenas una de las tantas cosas que puede hacer. La realidad virtual también permite caminar alrededor de un vehículo, y estudiar cada aspecto estético sin la necesidad de reproducciones a escala real. A esto se suma la posibilidad de ver cada coche virtual bajo diferentes niveles de luz, o condiciones climatológicas específicas. Como si eso fuera poco, la realidad virtual incorpora un importante elemento colaborativo a cada diseño, conectando a expertos en todo el mundo.
Otro detalle que no podemos ignorar es que los ingenieros de Ford tienen la opción de “vistas de corte” en sus coches virtuales. Si algún aspecto mecánico o estructural presenta inconvenientes, esta “visión de rayos X glorificada” es suficiente para exponerlos y habilitar el proceso de corrección necesario. Ford asegura que el uso de la realidad virtual reduce los tiempos de desarrollo, y el hecho de ahorrarse algunos prototipos también se traduce en un costo menor. Si algunos de los mejores ingenieros del planeta ya están usando tecnología similar a la del Oculus Rift para diseñar coches, lo que nos espera debería ser fabuloso.
