Al reproducir música, pasar de escuchar un audio monoaural a estereofónico agrega una nueva dimensión al sonido. ¿Es posible conseguir lo mismo con la percepción de la realidad? El mayor especialista en el tema nos lo explica.
En un To bit anterior se generó un debate acerca del uso de sustancias que modifican la percepción de la realidad. Hoy vamos a agregar más leña al fuego citando a quien sea tal vez el que más supo acerca del tema:
“Los efectos [de los compuestos alucinógenos] consisten en profundas alteraciones psíquicas respecto a la apreciación de la realidad. No solo se ve afectada la percepción del mundo exterior, sino que la percepción de la propia personalidad del sujeto se ve también transformada”.
Así empieza uno de los capítulos del libro “Plantas de los Dioses”, que Hoffman (descubridor del LSD) escribió junto a Richard Shultes (Titular de la Cátedra de Ciencias Naturales de la Universidad de Harvard). En una serie de párrafos magistrales, los autores nos describen los fundamentos psicofísicos que generan esta dimensión adicional en la percepción.
“Los cambios en la experiencia sensorial del mundo exterior se deben a un cambio en la sensibilidad de los órganos de los sentidos. Estos cambios en la percepción […] afectan la esencia misma de nuestro ser: la conciencia. (…) Nuestra experiencia de la realidad resulta incomprensible sin un sujeto, un ego, que perciba esta realidad.
“La experiencia subjetiva de la llamada realidad objetiva es el resultado de las interacciones entre las señales sensoriales externas, mediadas por los órganos de los sentidos, y el ego, que lleva esta información al nivel de la conciencia. (…) Así pues, uno puede pensar que el mundo exterior es una fuente de información o de señales, y el yo profundo, un receptor. El traductor en este caso es el ego. Si uno de estos dos elementos está ausente, sea el emisor o el receptor, la realidad no existe. No hay música en el radio y la pantalla está vacía.”
Algunas referencias anteriores en NeoTeo las pueden encontrar aquí y aquí.
Definida la percepción de la realidad como la conjunción emisor-receptor-ego, y su correlato metafórico como un radio o televisor, los autores concluyen:
“Si aceptamos esto, la percepción de una realidad distinta bajo la influencia de alucinógenos puede ser explicada por el hecho de que el cerebro, que es donde se encuentra la conciencia, sufre dramáticos cambios bioquímicos. (…) El receptor se ve ajustado para recibir otras longitudes de onda, distintas de aquellas asociadas con la realidad normal y cotidiana. (…) Desde esta perpectiva, la experiencia subjetiva de la realidad es infinita.”
Cuando pasamos de escuchar audio de sonido monoaural a estereofónico no solo estamos agregando un segundo canal de audio por el que escuchamos sonidos diferentes, sino que este agregado genera la aparición de una nueva dimensión a la escucha, producto de la interpolación entre ambos canales. En lo que respecta a la percepción de la realidad, no estamos habituados a recibir señales externas que sean percibidas y decodificadas a una frecuencia radicalmente diferente a la habitual. Si esto sucede, aparecerá una nueva dimensión ya que se está creando un nuevo punto de referencia que permite la extrapolación contra el punto de referencia “normal”:
“En general, experimentamos la vida desde un punto de vista muy limitado. Este es el llamado estado normal. […] Estamos ante la capacidad de cambiar la longitud de onda que puede captar el ‘Receptor del yo’, y con esto, producir cambios en la conciencia que se tiene de la realidad.”
¿Tú qué piensas?
Aclaración: estamos hablando de compuestos que son ilegales en muchos países, y su consumo puede ser perjudicial para la salud. Esta nota tiene solo carácter informativo y de ninguna manera estamos alentando el consumo de nada. Así que, lectores, ya saben, sean responsables y nada de andar haciendo cosas raras por ahí.
¡Hasta el próximo To Bit!
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