El cine cuenta con tres etapas, la pre-producción (antes del rodaje), la producción (el rodaje) y la post-producción (después del rodaje). Pero la exhibición de la película (que estaría dentro de la post) puede hacer fracasar o construir un éxito de taquilla. Por este motivo hoy en el cine y la tecnología hablaremos del proyector, el último bastión tecnológico del cine.
Los medios de proyección cinematográficas han nacido junto con el registro, los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo, el mismo era una cámara y proyector cinematográfico; Edisonn inventó el Kinetoscopio, este aparato también registraba el celuloide y exhibía la película mediante su visor.
¿Qué es un proyector?
Un proyector cinematográfico es un dispositivo óptico mecánico que proyecta obras audiovisuales (registradas en material sensible) en una pantalla. La gran similitud de una cámara y un proyector cinematográfico se da en la óptica y el funcionamiento mecánico de los aparatos (especialmente en el sistema de arrastre). Pero las diferencias entre la cámara y el proyector aparecen en el sistema de iluminación (inexistente en la cámara) y el sistema de sonido del proyecto (la cámara no registra sonido).
La lámpara
La lámpara de un proyector es el alma del mismo, porque aunque funcione todo el sistema mecánico a la perfección, si la lámpara falla o no funciona, la proyección en la pantalla no existirá. Generalmente la lámpara de xenón o alógena de 6.000 Watts se encuentra en un habitáculo equipado con un sistema de refrigeración (el mismo refrigera la lámpara y el celuloide). En el caso de la lámpara de 6.000 Watts, el sistema de ventilación cuenta con una serie de cristales anticalóricos que evitan que la luz queme el celuloide.
La lámpara es la culpable de que muchas copias de películas se hayan incendiado en medio de la proyección. Esto se ve bien reflejado en la película Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore y música de Ennio Morricone – 1988).
El crono, obturador y torreta
Pero antes de hablar de estos tres artilugios, vamos a refrescar el concepto porque el cine es movimiento. Básicamente nuestro cerebro mediante nuestros ojos siempre quiere ver movimiento, esto queda más que claro en un plano donde colocamos un motorista (estático) delante de una pantalla verde (croma) y mediante ventiladores emulamos el viento del paseo y en la post producción cambiamos el fondo por una carretera. Nuestro cerebro está viendo movimiento donde nunca lo hubo. Por eso el cine existe gracias a un error en nuestro cerebro, lo que llamamos como el fenómeno phi y la persistencia retiniana al pasar las imágenes fijas a 24 cuadros por segundo, la retina mantiene un instante la última imagen fija y la relaciona con la próxima, de esta manera se genera la sensación de movimiento.
El crono es un conjunto de rodillos dentados por la cual pasa la película y de esta manera podemos ver los diferentes planos a una velocidad de 24 cuadros por segundos.
El obturador coordina el paso de un fotograma a otro mediante la luz, de esta manera se oculta la unión entre plano y plano, creando de esta manera la sensación de movimiento fluido.
La torreta contiene la lente que amplía la imagen que se proyecta cuando el haz de luz pasa a través del celuloide. Es aquí donde diferentes modelos cuentan con diferentes torretas para el cine convencional, CinemaScope, etcétera. Pero no queremos olvidarnos de la bancada donde se encuentra toda la parte eléctrica que hace funcionar el proyector.
Las marcas más utilizadas para proyectar películas cinematográficas son Cinemeccanica, Christie, Kinoton, Prevost, Marin y Ossa entre otras marcas.
Cuando hablamos de proyectores nos viene una sensación de nostalgia por aquel cine de barrio, y la sensación al visitar aquella sala de proyección sería comparable en la actualidad al ver bajar una nave espacial en el jardín de nuestras casas. Y es que la magia que rodea el cine, no existe en otra arte. Lo cierto es que en la actualidad la base de la tecnología sigue siendo la misma y si entras a una sala de proyección en la actualidad todo será un poco más moderno, pero nada más. Estamos en la época del auge del cine digital, sin embargo la transición a la sala digital es muy lenta.
Antes de terminar, si estás viendo una película y la misma te aburre, te recomendamos que cada 15 a 20 minutos mires los cuatro rincones de la pantalla, en la misma observarás unas pequeñas marcas, estas le avisan al proyectorista que tiene que cambiar de rollo, porque el que está en el proyector se está acabando.
Gracias a la tecnología y diferentes estudios sobre nuestro cerebro podemos decir que las películas que vemos, en realidad son una gran ilusión. Y gracias al cine podemos decir que nunca creas lo que ven tus ojos.
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