¡Feliz jueves, amigos! Estrenando nuevo día de To bit, interrumpimos brevemente nuestra saga de Las trampas del cerebro para traerles un nuevo tema candente. Detrás de la breve pregunta que da título a nuestra sección de hoy hay una fantástica historia de lógica, fe, investigación científica y creencias religiosas, que desemboca en la provocativa idea de que el universo, tal como lo conocemos, podría haber sido creado hace solo cinco minutos.
“Si alguna vez se encuentra usted en compañía de un fundamentalista, puede provocar una divertida argumentación planteándole una sencilla pregunta: ¿tenían ombligos Adán y Eva? Para los que creen que la Biblia es históricamente exacta, ésta no es una pregunta trivial. Si Adán y Eva no tenían ombligo, no eran seres humanos perfectos. Pero si los tenían, entonces los ombligos implicarían un nacimiento con parto que ellos jamás experimentaron.”
Así empieza Martin Gardner su último libro. Fiel a su estilo provocador, genera revuelo con sus opiniones. Y hace referencia a uno de los escritos que tal vez más ha profundizado acerca de este tema: The Best, Worst and Most Unusual, de Bruce Felton y Mark Fowler. Algunos extractos cronológicos no tienen desperdicio: el tema de la existencia o no del ombligo es una disputa que se sucede desde el comienzo del libro del Génesis. Ya Sir Thomas Browne, en 1646, opinaba que “Adán y Eva, puesto que no tenían padres, debían poseer unos abdómenes perfectamente lisos.”. En 1752 se publicó en Alemania lo que en ese momento se consideraba un tratado definitivo sobre el tema. Su autor, Christian Reinhard, también llega a la conclusión de que “No tenían ombligo”.
¿Y qué sucede con lo visual? Hasta esa época, muchos de los cuadros renacentistas que referían a la más famosa pareja de la historia los mostraba sin ombligos. Sin embargo, contrariamente a las conclusiones de los tratados, poco a poco todas las pinturas fueron incorporando el pequeño detalle.
El Workaround
Más adelante aparece el concepto de que en realidad Dios creó a Adán y Eva con ombligo, sin necesidad de que hayan surgido de un parto normal. Es el mismo concepto que intenta explicar por qué existen fósiles de animales y plantas que parecen datar de épocas anteriores a la creación divina: la idea de que Dios creó al mundo incluyendo el registro de (falsas) épocas pretéritas. Esta idea fue desarrollada por el zoólogo británico Henry Gosse en su increíble libro “Onphalo (ombligo): Un intento por atar el nudo geológico”. Gardner lo referencia:
“Adán y Evan tenían huesos, dientes, pelo, uñas y toda clase de órganos que contenían evidencias de un crecimiento anterior. Lo mismo ocurre con todas las plantas y animales […] Los colmillos de un elefante revelan sus fases de crecimiento anteriores, el nautilus añade cámaras a su concha, la tortuga añade láminas a sus placas, los árboles presentan los anillos anuales de crecimiento producidos por las variaciones estacionales. […] En pocas palabras: si Dios creó la Tierra tal como se describe en la Biblia, debió crearla como una «empresa en funcionamiento».”
Siempre según Gosse, si se acepta esto como válido, puede explicarse la historia geológica de la Tierra sin contradecir las Sagradas Escrituras: hay evidencias de erosión del suelo, plegamiento de los estratos, cúmulos de restos de organismos marinos, restos de antiquísimas erupciones volcánicas… todos elementos que darían testimonios de acontecimientos previos al génesis. Acontecimientos que nunca ocurrieron.
Gosse indica incluso que se puede objetar que si Dios creó al mundo con esqueletos fósiles en su corteza, provenientes de animales que en realidad nunca existieron, podría llegar a acusársele “de haber dado forma a objetos cuyo único propósito era engañarnos.”
Y termina con afirmaciones al parecer irrefutables:
“[…] La existencia indudable de materiales de desecho en los intestinos del recién creado Adán. La sangre debe de haber fluido por sus arterias, y la sangre presupone quilo y quimo, que a su vez presuponen un residuo indigerible en los intestinos.”
“(Si Dios creó al mundo como una empresa en funcionamiento) […] Podemos incluso suponer que Dios creó el mundo hace tan sólo unos minutos, con todas sus ciudades y registros, y con recuerdos en las mentes de las personas, y no existe una manera lógica de refutar esto como una teoría posible.”
Entonces, ¿el mundo fue creado hace cinco minutos? Hay quienes creen con profunda fe en una religión, y hay quienes creen que son patrañas. Están los que creen y están los Refutadores de Leyendas. En cualquiera de los casos, hay afirmaciones que se sostienen y defienden a toda costa. Es lo mismo que sucede cuando mentimos y debemos sostener la mentira: ir encontrando explicaciones o workarounds para que el concepto cierre. Cuando engañamos, es elevada la energía psíquica que debemos usar para que no se descubra la verdad. Salvo que estemos tan convencidos de la mentira que nosotros mismos nos la creamos.
En cualquier caso, ¿qué es cierto y qué no? No lo sabemos. Mientras tanto, todas estas disquisiciones, que no parecen ser más que meros juegos intelectuales, al menos nos ayudan a pasar el rato.
¡Hasta el próximo To bit!
Si se hubieran cortado los troncos de los árboles del paraíso terrenal. ¿Se habrían encontrado anillos de crecimiento?