¿Te acuerdas de Frogger? Clásico de clásicos en el que tu cometido era guíar a una rana para cruzar una calle con mucho tráfico. La hazaña parecía fácil en el planteo, pero realizar la tarea costaba más de lo esperado. Habiéndose cumplido 30 años desde el primer cruce en los arcades, un artista digital ha conseguido hacer que nuestra rana virtual cruce una calle real esquivando coches reales, pero dentro del juego original. Adentro te contamos qué, cómo y por qué hablamos de un Frogger en la vida real.
Nada de viajes en el tiempo a través de la secuencia genética del tatatatatatatatatataranieto de un miembro de una secta, mundos abiertos explorables, gráficos de vanguardia y tramas que le pegan una patada en el trasero a las de las películas más pensaditas de la actualidad. En el pasado de los videojuegos, una idea, una metáfora, un concepto, era la base, objetivo y resultado final de todo el desarrollo de un juego. Algo tan banal como “una rana intentando cruzar la calle” se convertía en una tarea que de banal y fácil no tenía nada cuando se la intentaba poner en un juego. Mucho trabajo después, el éxito de Frogger fue tan arrasador como los vehículos que ante nuestra impericia estampaban a la rana contra el asfalto. 30 años han pasado ya desde que Frogger es Frogger, y tal como sucede en esta era nostálgica, los intentos por revivirlo se acumulan. El más original hasta ahora es el de 5th Ave. Frogger, un Frogger en la vida real.
Frogger utiliza el gabinete de un arcade clásico, un cámara cenital que está apostada con orientación a la 5ta Avenida en New York y un sistema de seguimiento basado en software para que los coches en el juego sean una reproducción lo más fidedigna posible de lo que está pasando por esa avenida. A través de la asignación gráfica a la posición de los coches sobre la superficie tomada en cuenta por el software y la cámara, el juego se transforma en cuestión de milisegundos en un Frogger basado en realidad aumentada, pero a la inversa. Los neoyorquinos se encontraron con esta máquina de Frogger apostada en una cuadra característica de la quinta avenida, y todos pudieron aplastar algunas ranas virtuales, así como alguna vez George Constanza, habiéndose preparado para ese momento durante toda su vida, intentó cruzar un arcade del juego Frogger por una atestada avenida con un final que… bueno, míralo tu mismo.
El director creativo y principal impulsor de este anfibio proyecto es Tyler DeAngelo, que inspirándose en el problema del tráfico en su ciudad, ha compuesto un homenaje sentido a la memoria de Frogger y las millones de ranas virtuales que han muerto intentado cruzar la avenida. El juego, y obra de arte pensada como proyecto de exhibición para la reciente muestra Art of Video Games en el Smithsonian, está sincronizado de tal manera con los coches reales del tráfico que ha muchos les ha parecido incluso un vídeo falso, pero quienes lo jugaron en vivo sobre la Quinta Avenida no opinan lo mismo luego de ver como la ranita virtual cruzaba o moría debajo de coches reales en tiempo real.
Que no lo traigan a la Argentina porque vienen los piqueteros a cortar la calle y hasta se llevan la rana para hacerse un asadito.
hoo noo es el hipnosapooooo.