Al igual que la Tierra, la Luna posee complejos de túneles creados a partir de flujos de lava que se han solidificado. Al enfriarse, estos ríos de roca fundida crean cavernas naturales que podrían constituir el lugar ideal para instalar un complejo habitado de forma permanente en la Luna. Un grupo de científicos de la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa ha encontrado una “claraboya” que -en apariencia- proporciona acceso a uno de estos túneles. Es la primera vez que se obtiene evidencia concreta de uno de estos accesos al interior de la Luna.
Desde hace bastante tiempo los especialistas sospechaban que nuestro satélite natural, al igual que la Tierra, poseía largos y retorcidos complejos de túneles naturales. Estas verdaderas cavernas, llamados tubos de lava, se crean cuando se solidifica la parte superior de un río de roca fundida. Cuando esto ocurre, la lava de la parte inferior continua fluyendo hasta que se agota, momento en el que queda formado un tubo de roca sólida. Las fotografías que a lo largo de décadas hemos tomado de la Luna muestran varios sitios en los que tal cosa parecía haber ocurrido, pero nunca se había encontrado evidencia concreta de su existencia.
La Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa ha encontrado un sitio en el que el “techo” de uno de estos canales parece haber colapsado, proporcionando un punto de acceso al interior de la caverna de la lava sólida. El descubrimiento es muy importante, no solo refuerza la evidencia de que tales canales existen, sino que las futuras colonias humanas establecidas en la Luna podrían instalarse en su interior para protegerse de la radiación espacial, micro meteoritos y otros peligros.
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Si bien el hallazgo proporciona lo que los científicos buscaban, el derrumbe que originó un posible punto de acceso al túnel puede, irónicamente, haberlo taponado con escombros. “Estamos ante un dilema como el del huevo y la gallina”, dice Carolyn Van der Bogert, de la Universidad de Münster en Alemania. “Si el túnel está intacto, no se puede ver. Si se ha derrumbado y podemos verlo, quizás no podamos usarlo.”
El hallazgo fue hecho por un grupo dirigido por Junichi Haruyama, de la Agencia Espacial nipona, quien buscó estas “claraboyas” en las imágenes proporcionadas por la sonda espacial japonesa Kaguya, que giró en órbita de la Luna durante casi dos años antes acabar su misión en junio. Las fotografías revelan lo que con casi toda seguridad es un derrumbe en el techo de uno de estos túneles, ubicado en una zona volcánica de la cara visible de la Luna, en un lugar llamado “Marius Hills”. Van der Bogert, que ayudó a analizar las imágenes, dice que “esta es la primera vez que alguien ha identificado realmente una claraboya en un posible tubo de lava” en la Luna.
El agujero en cuestión mide unos 65 metros de ancho, y ha sido fotografiado desde una variedad de ángulos y en diferentes momentos del “día Lunar”, por lo que hay información suficiente para establecer que su profundidad es de al menos unos 80 metros. Está ubicado en medio de un canal lunar, y por las características del terreno que lo rodea los científicos creen que esta claraboya conduce a un tubo de lava de hasta 370 metros de ancho.
Todavía no sabemos cómo se formó el agujero. Pudo haber sido creado por el impacto de un meteorito, a consecuencia de un sismo, o por la presión creada por el tirón gravitatorio de la Tierra. Esto pudo haber ocurrido hace miles de millones de años. Como sea, haber encontrado esa abertura podría ser verdadero regalo para la futura exploración humana de la Luna. En efecto, una caverna natural de este tipo proporcionaría un blindaje natural contra la radiación, y si fuésemos capaces de “presurizar” un tramo del túnel, dispondríamos de un “domo natural” en el que establecernos. El hecho de que el sitio tenga cientos de metros de ancho significa que habrá suficiente lugar como para instalar prácticamente cualquier cosa en su interior, a salvo de las salvajes fluctuaciones de temperatura de la superficie.
“Es algo muy emocionante”, dice Penny Boston, del Instituto de Nuevo México de Minería y Tecnología, en Socorro. “El basalto lunar es un material que proporciona una protección excelente contra la radiación. Es una suerte haber encontrado un sitio habitable -vacío y listo para ser explotado- por los humanos”. Queda por determinar si el pasaje está o no bloqueado. Sería una pena que cuando los astronautas penetrasen en el agujero no pudiesen avanzar culpa de los escombros. “Yo apostaría mi fortuna a que hay un tubo allí, pero no apostaría tanto a que podamos tener acceso al tubo”, dice Ray Hawke, de la Universidad de Hawaii en Manoa, que también ha buscado durante años este tipo de túneles excavados por la lava. Con un poco de mala suerte, podríamos encontrarnos con que “este cerrado e inaccesible”, agrega Hawke.
Mientras que el equipo de Kaguya sigue analizando las imágenes tomadas a lo largo de dos años en busca de otras claraboyas adicionales, Hawke propone utilizar la cámara principal del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) para tomar imágenes oblicuas de los sitios más prometedores. “Esto podría ayudar a revelar entradas de cuevas que no son visibles en una vista de pájaro”, explica. Es posible que tengamos que esperar algún tiempo hasta saber a ciencia cierta si esta entrada al túnel es aprovechable o no. Seria interesante diseñar una misión robótica destinada a descender por la claraboya y ver qué tanto obstruyen el paso los escombros desprendidos del techo. Mientras tanto, podemos soñar con una base subterránea en la Luna.
Ojala en esas cuevas haya gusanos lunares gigantes 😛 , dejenme soñar….
Increible!
seria fantastico crear un mundo mas sano sobre todo mentalmente con gente mas pura de pensamiento sin maldad eso si seria un sueño no creen ?
no tanta tonteria sobre el espacio