Científicos como George Boole o Charles Babbage ocupan un destacado lugar en la historia de la lógica. Pero hay otros, como William Stanley Jevons, que inventaron máquinas basadas en los principios de la lógica capaces de funcionar como una extensión de la mente humana, y que rara vez son reconocidos por el público en general. El Piano Lógico de Jevons fue una especie de ordenador primitivo capaz de procesar términos lógicos y resolver problemas planteados con ellos.
William Stanley Jevons nació en Liverpool el 1 de septiembre de 1835. Fue el noveno hijo de una rica familia de comerciantes, y estudió el University College de Londres, donde conoció y fue influido decisivamente por Augustus de Morgan. En 1854 su familia conoció la bancarrota, por lo que se vio obligado a interrumpir temporalmente su formación y emigrar a Australia. Cinco años más tarde, sus ahorros le permitieron volver a Inglaterra, completar sus estudios en el University College y -finalmente, conseguir el título de “Bachelor of Arts” en 1860 y el de “Master of Arts” dos años más tarde.
Se desempeñó como docente en el Owens College de Manchester, y finalmente regresó al University College de Londres en 1876 como profesor. Pero, antes de eso, en 1869, se convirtió en el inventor de la primera máquina lógica capaz de usar el Álgebra de Boole para resolver problemas lógicos. El Piano Lógico, bautizado así por su semejanza con uno de estos instrumentos musicales, utilizaba un alfabeto de cuatro términos para resolver silogismos complicados, y fue uno de los primeros dispositivos capaces de resolver problemas de este tipo, y hacerlo más rápido que el cerebro humano.
Un silogismo es una forma de razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. El Piano Lógico de Jevons era capaz de sacar conclusiones válidas (desde el punto de vista lógico) de forma automática, a partir de las premisas que el operador introdujera mediante sus “teclas”.
Esta especie de “abuelito” de los ordenadores modernos no tenía, obviamente, más que engranajes y palancas en su interior. Al contrario de las calculadoras mecánicas, que ya eran bastante comunes en esa época, el Piano Lógico utilizaba como entrada proposiciones lógicas en lugar de números. La salida tenia la misma naturaleza, y los resultados podían leerse en una serie de indicadores que tenía en su placa frontal.
En 1880, William Stanley Jevons se retiró de la enseñanza, y se dedicó a escribir. Varias de sus obras se enfocaron en los principios de la teoría económica, la renta, el interés y la productividad del capital. Lamentablemente, no llegó a culminar sus proyectos, ya que murió ahogado cuando nadaba con su esposa y sus tres hijos en el mar cerca de Hastings, el 13 de agosto de 1882. Aún no había cumplido los 47 años. El Piano Lógico original se encuentra en el Museo de la Historia de la Ciencia, en Oxford.
Otra vez el capitalismo atrasó todo jajajaja (no intento generar debate, para los defensores del cap.)
Excelente articulo, se suma con otros artículos que ustedes ya publicaron sobre los diferentes personajes a lo largo de la historia de la lógica, cibernética, sistemas y nuestra querida informática, siguiendo esa linea de artículos retrospectivos sobre el pasado y cimientos de nuestra tecnología actual y futura, me atrevo a sugerir que realicen un articulo sobre los orígenes de la robótica, cibernética y los números binarios desde la antigua Sumeria hasta nuestros días, para darnos una idea de que tan antiguo son estos conceptos y frustraciones tecnológicas, que a duras penas hoy, comienzan a ver la luz al final del túnel.
Interesante !!!
Desde que llevo visitando y leyendo recurrentemente, neoteo, muchas preguntas y mas preguntas se generan cada vez que completo una lectura. Las iniciativas de la imaginacion que se describen en sus paginas virtuales son asombrosas y espectaculares; los ejemplos, maquinaciones, diseños que dia tras dias se estructuran desde mentes geniales en todo el mundo estann aqui para ser descubiertas, transformadas y reiventadas.
un saludo desde Bogota, Colombia.