La ecología está de moda, y algunos llegan a extremos insospechados en pos de evitar la contaminación ambiental. Tal parece ser el caso del capitán neozelandés Pete Bethune, que ha desarrollado el Earthrace, un trimarán de motor que funciona con aceite de canola, de soja y un ingrediente secreto: la grasa corporal humana.
Está bien: el petróleo se acaba y su precio se va a las nubes; no tiene sentido seguir quemando hidrocarburos que contaminen la atmósfera; y se han hecho grandes avances en el desarrollo de combustibles alternativos y biodiesel. Pero hay algunos que llevan el fanatismo por la ecología al límite de lo ridículo.
Pete Bethune intenta circunnavegar el globo en 75 días. De lograrlo, pasará a formar parte del libro de los récords. Esto no seria noticia sino fuera por que la embarcación que planea utilizar para hacerlo, llamada Earthrace, posee un motor que funciona con biodiesel. Este combustible es un destilado hecho principalmente con ingredientes extraídos de fuentes renovables, como canola y soja. Pero el capitán Pete le ha puesto un “toque” personal a la receta de “su” biodiesel.
Bethune y dos de los miembros del equipo (seguramente estaban pasados de peso) se han hecho una liposucción de la que han salido nada mas ni nada menos que 10 litros de grasa corporal humana. Este “combustible”, por si solo, bastará para impulsar la embarcación unos 15 kilómetros.
Sus constructores aseguran que el Earthrace es el barco (ecológico) más rápido del mundo. Se trata, como dijimos, de un trimarán. Le ha costado Bethune sus buenos 3 millones de dólares, y su diseño le permite atravesar las olas, por lo que alcanza velocidades de 73 km/h.
Eso si, no puede negarse que el barquito tenga buena pinta:
En su página Web puede leerse que el 23 de junio estarán en España, promocionando su viaje. Incluso se menciona la disponibilidad de “ofertas laborales para trabajos temporales”, aunque no aclaran si los interesados deberán donar parte de su grasa corporal.