Japón enfrenta un progresivo envejecimiento de su población, y este fenómeno pone en peligro su producción agrícola. Los granjeros de edad avanzada tienen dificultades para llevar a cabo sus tareas, que exigen demasiado a sus cuerpos gastados. Para ello, el profesor Shigeki Toyama ha desarrollado un traje robótico que los ayudara en su trabajo diario.
No se trata del primer traje robótico diseñado para otorgar alguna ventaja física o sensorial a su portador, pero es el único diseñado especialmente para servir de ayuda en las granjas. El traje, similar a los exoesqueletos diseñados por algunas fuerzas militares, emplea motores, sensores y un control electrónico inteligente que permite duplicar los movimientos del usuario a la vez que se hace cargo de la mayor parte del esfuerzo físico.
Fue desarrollado por un equipo universitario dirigido por el profesor Shigeki Toyama en la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca. El nuevo traje-robot representa un intento de solucionar los problemas ocasionados por el envejecimiento de la población, que hace muy difícil el trabajo de la población rural agrícola.
A diferencia de otros países más grandes, como los EE.UU., Canadá, Rusia o China, Japón no posee grandes maquinas agrícolas. El pequeño tamaño de las parcelas, y su desigual orografía, propia de las regiones volcánicas, hace que sea prácticamente imposible utilizar las técnicas agrícolas empleadas en otras naciones. Por ejemplo, muchos productores de arroz japoneses usan tractores que parecen juguetes si se colocan al lado de sus contrapartes de ultramar. Sin embargo, dado el pequeño tamaño de los campos, y las operaciones de la agricultura de pequeña escala, estos dispositivos son sumamente eficaces.
En Japón la agricultura requiere mano de obra exhaustiva. Plantar, cuidar, y cosechar frutas y hortalizas puede resultar un trabajo agotador para una persona mayor. El nuevo traje-robot se ha diseñado específicamente para multiplicar la productividad de los trabajadores que lo utilizan, reduciendo al mínimo la tensión sobre su cintura, las caderas y los brazos. El exosqueleto incluye 8 motores empotrados en una estructura de resina ABS y pesa solo 18 kg, aunque el usuario no siente ese peso: el traje se encarga de sus propios movimientos de transporte.
El equipo de diseño tuvo que resolver varios desafíos para lograr un traje fácil de usar, que permita el movimiento fluido del granjero, y que su fuente de energía le proporcione varias horas de uso continuo. El resultado es un traje que se adapta perfectamente al cuerpo y movimientos del usuario, acompañándolo es sus tareas y haciendo los esfuerzos por él.
Los desarrolladores esperan que el nuevo traje-robot esté en uso en el año 2012.
ABS y pesa solo 18 kg, aunque el usuario no siente ese peso: el traje se encarga de sus propios movimientos de transporte.