El primer título de la serie de carreras Burnout que hace su debut en la Xbox 360, llevando toda la acción de las carreteras a un nuevo nivelPara el momento que se lanzó la exitosa Xbox 360 también se esperaban una importante camada de títulos que acompañarían su salida, tratando de darle los motivos suficientes a los videojugadores para actualizar su sistema de consola con el nuevo producto de Microsoft. Sin embargo, ninguno de estos juegos fue realmente destacable, ya que se asemejaban a los ya conocidos de Xbox pero con una importante renovación gráfica. Recién por estos días, a varios meses del lanzamiento oficial de la consola, empiezan a aparecer títulos que comienzan a demostrar de lo que la Xbox 360 es capaz. Uno de estos es The Elder Scrolls: Oblivion, el esperadísimo juego de Bethesda, y entre los restantes está el que nos convoca en esta oportunidad: Burnout Revenge. Lejos de ser el mismo que salió el año pasado para el resto de las consolas (PS2 y Xbox), la versión para Xbox 360 trae algunas importantes novedades, junto con una calidad visual sensacional.
Para los que no conocen la serie Burnout, se trata de un arcade de carreras donde se agregan -como parte de la jugabilidad- los impresionantes choques. Esto le otorga un alto grado de espectacularidad a las competencias, especialmente en el modo multijugador. Inclusive, hay modos como el Crash Mode cuyo objetivo es apilar la mayor cantidad de autos posibles mediante una colisión. Esta modalidad es una de las más atractivas, y gracias a las distintas alternativas para conseguir el éxito, tendremos muchísimas horas para divertirnos probando las diferentes combinaciones.
Las carreras normales no dejan de ser frenéticas. Los otros modos de juego no distan mucho de los comunes: Race, Grand Prix (una serie de tres a cinco competencias), Traffic Attack, Burning Lap (estos dos se juegan en solitario intentando bajar marcas de tiempo), Eliminator (último de cada vuelta queda afuera) y Takedown (ganamos puntos al hacer chocar a los oponentes). Este último es, a comparación con el resto, el más divertido de todos.
Algunas de estas modalidades también pueden ser disfrutadas en el modo online. Aquí, Burnout Revenge funciona muy bien. No tendremos inconvenientes de lag o errores gráficos, como suele suceder con otros títulos. Se desenvuelve casi de la misma forma que en el modo para un sólo jugador, lo que es algo digno de destacar. Además, la gente de Criterion (creadores del juego) colocaron un software de estadísticas, para llevar la cuenta de nuestro desempeño a través de Xbox Live. Si encuentran entretenido jugar Burnout Revenge en forma solitaria, no se pueden quedar sin disfrutarlo con otras personas de carne y hueso. Hay un mundo de diferencia.
Que sería de la espectacularidad de Burnout Revenge sin su increíblemente bello aspecto visual. Hasta ahora, lo mejor que se ha visto en Xbox 360, compitiendo cara a cara con Oblivion. Todos los efectos especiales -como motion blur, explosiones, humo, etc- y la impresionante sensación de velocidad logran introducir de lleno en la acción al jugador. El trabajo hecho con las texturas es impecable, y no se observan ningún tipo de fallas en este aspecto, como suele a veces pasa al convertir un juego de una consola a otra. En resoluciones de 720p o 1080i, Burnout Revenge luce soberbio.
Que podemos decir del sonido: potencia absoluta. Con un buen sistema de audio -subwoofer incluido- puede llegar a sonar tan impresionante que los vecinos creerán que se están sucediendo choques en la esquina de la cuadra. El soporte para Dolby Digital 5.1 posibilita este grado de calidad en el sonido.
Por todo ésto, Burnout Revenge es el primer gran hit de la Xbox 360 en cuanto a arcades de carrera se refiere. Sin lugar a dudas, una de las principales excusas para conseguir la última consola de Microsoft. Vale cada moneda que paguemos por él.
Promedio: 92%
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