La ciudad de Ōzu se encuentra en la región de Nanyo, que a su vez forma parte de la prefectura de Ehime en Japón. En ese lugar, los visitantes pueden acceder a un ferry de 30 minutos que los llevará a Aoshima, también conocida como La Isla de los Gatos. La gran presencia de felinos ha capturado la atención de muchos turistas, pero todo parece indicar que su atractivo principal desaparecerá en pocos años…
La historia nos dice que Aoshima funcionó como pueblo pesquero, gracias a la abundancia de sardinas en sus aguas. La actividad humana inevitablemente atrae roedores, y muchos pescadores decidieron adoptar gatos callejeros en sus puertos para proteger las redes. Una parte de esos gatos permaneció en Aoshima, eliminó el problema de las ratas, y ayudó a fomentar el turismo. Sin embargo, el número de sardinas cayó, y los residentes comenzaron a abandonar la zona.
La población de Aoshima pasó de 900 residentes al final de la Segunda Guerra, a 13 en 2017. En cambio, había más de cien gatos en la isla, con algunas fuentes citando una relación de 10 a 1. Los residentes, todos de edad avanzada, sintieron que eran demasiados felinos, y no había suficiente gente para cuidarlos. La Sociedad Protectora de Gatos de Aoshima recomendó iniciar un programa de esterilización, y finalmente se llevó a cabo en octubre de 2018.
Los últimos días de La Isla de los Gatos
El artículo de Tokyo Weekender cita al usuario de X/Twitter «aoshima_cat», quien explica la particular situación de la isla. Hoy apenas quedan cinco personas en Aoshima, incluyendo a la «Mamá de los Gatos». Esta mujer es la principal cuidadora, y almacena la comida para ellos (la isla ha recibido donaciones provenientes de todo Japón), pero tiene 73 años. Al mismo tiempo, la efectividad del programa de esterilización ha sido absoluta, y no han nacido nuevas crías desde entonces. Todos los gatos tienen un mínimo de siete años.
Tampoco existen razones para que Aoshima pueda reinventarse como polo turístico. No hay tiendas, ni cafés, ni máquinas expendedoras. De hecho, la caída en el número de turistas ha llevado a evaluar la posibilidad de reducir (o incluso cancelar) el servicio de ferry. La situación genera un poco de tristeza, pero es preferible que los gatos residentes tengan una vida más cómoda, en vez de sufrir hambre, sobrepoblación y enfermedad.
Fuente: Tokyo Weekender
Imágenes: Aoshima Cat en Instagram
valla neoteo como q estas vivo
Somos la Vieja Guardia, siempre estamos. 😉