Los coches eléctricos definitivamente han tenido su revancha en el siglo XXI, pero eso sólo fue posible gracias a un largo y complejo proceso evolutivo, el cual incluyó limitaciones técnicas de todo tipo, conflictos políticos, y hasta procesos de sabotaje. Uno de los primeros intentos para desarrollar un coche eléctrico viable surgió a través del Ford Comuta, prototipo británico del año 1967. Solamente se fabricaron dos unidades, y nunca estuvo planeado su lanzamiento comercial, sin embargo, algunas de sus ideas llaman la atención, aún después de 57 años.
La historia del coche eléctrico nos obliga a viajar al siglo XIX, y repasar eventos como el desarrollo de los primeros carros eléctricos, la invención de la batería ácido-plomo en 1859, sus optimizaciones posteriores, el triciclo de Gustave Trouvé en 1881, los taxis eléctricos de Londres (otro caso fascinante que merece ser explorado por su cuenta)… es mucho material, pero también nos recuerda que hemos tratado de usar electricidad para desplazarnos durante casi dos siglos. La idea no es nueva.
Uno de los principales desafíos para el coche eléctrico siempre fue su viabilidad comercial, y la división Ford UK decidió explorarla de una manera muy particular: En 1967, utilizó una tecnología similar a la de los carros lecheros (milk floats, muy populares en el Reino Unido) para crear al Ford Comuta, un microcoche eléctrico experimental.
El Ford Comuta de 1967, en imágenes
Desde el principio, Ford dejó muy claro que el Comuta no llegaría al mercado. La información disponible sugiere que sólo se hicieron dos vehículos, y uno de ellos terminó en el Science Museum de Londres. Con un peso de 550 kilogramos, el Comuta podía desplazarse a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, desarrollando una autonomía (estimada) de 60 kilómetros. Ubicados lado a lado, dos Ford Comuta eran tan largos como un coche normal.
La presentación del Comuta se llevó a cabo en el Centro Técnico de Dunton (también conocido como «Ford Dunton»), inaugurado ese mismo año por el (entonces) primer ministro Harold Wilson. Para finalizar, las imágenes técnicas son especialmente interesantes, y en general no suelen ser compartidas por el fabricante.
Fuente: BBC
Ford pudo haber diseñado algo mejor que ese auto, mucho mas lindo y funcional.
No niego que es un carro de golf glorificado, pero hay que considerar la época también. No había baterías de litio (estaban en fase teórica), el precio del crudo se ubicaba en mínimos históricos… es lógico que no haya pasado de experimento. Invertir recursos en su estética quedaba muy abajo en la lista de prioridades.