El próximo viernes comienzan los Juegos Olímpicos de París. Algunos eventos se anticipan a la ceremonia oficial por cuestiones de calendario, pero no hay dudas de que la cobertura mediática será total. Sin embargo, detrás de toda esta celebración del deporte internacional hay una verdad incómoda: El interés por organizar los Juegos se cae a pedazos. ¿Por qué? La gente de Search Party en YouTube no los explica…
Seré honesto: La única competencia que vi de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020/21 fue la maratón. Eliud Kipchoge dio una verdadera clase de resistencia, logró retener su medalla (había obtenido el oro en Río 2016), y ganó por 80 segundos de diferencia, la más grande en medio siglo. Fue el último evento de atletismo, en el último día de los Juegos. Ignoré todo lo demás. ¿«Espíritu olímpico»? Bien, gracias.
Fast forward de tres años, y estamos a pocos días del inicio de París 2024. Al tratarse de un evento de verano y ofrecer horarios más razonables para el mundo occidental, la teoría sugiere que los Juegos deberían ser bien recibidos. Sin embargo, lo cierto es que París llegó a esta situación casi por default. De hecho, la situación que vivió el Comité Olímpico Internacional fue tan compleja, que decidió anunciar dos sedes en la misma ceremonia… una para cada finalista.
El lado oscuro de los Juegos Negocios Olímpicos
La gente de Search Party en YouTube nos explica que esta no es la primera vez en la que buena parte del mundo le da la espalda a los Juegos Olímpicos. Ciudad de México ’68 estuvo marcada por protestas y violencia (la «Masacre de Tlatelolco» sucedió diez días antes de su inicio). En Munich ’72, el único ganador fue el terrorismo. Montreal ’76 costó trece veces más de lo esperado (el overrun oficial fue del 720 por ciento), y 29 países lo boicotearon. Cuatro años después, en Moscú ’80 participaron apenas 80 países, con 66 ausentes en protesta por la guerra de Afganistán.
Los Ángeles se quedó con los Juegos del ’84 por descarte (Teherán estaba interesada, pero digamos que las cosas cambiaron mucho en Irán a finales de los ’70), y esencialmente impuso todas sus condiciones: Reutilización general de instalaciones existentes, e inversiones en infraestructura con capital privado (el Olympic Velodrome tuvo como sponsor a 7-Eleven, y McDonald’s hizo lo mismo con el Olympic Swim Stadium). Los Ángeles ’84 no sólo fue un éxito, sino que terminó con saldo positivo. Eso reactivó el interés por los Juegos, sin embargo…
… los viejos hábitos no tardaron en regresar. Para los Juegos de 2004, once ciudades participaron del proceso de selección, y con semejante competencia, el Comité Olímpico no hizo más que aumentar sus exigencias. El «Modelo Los Ángeles» quedó en el olvido, se sumaron nuevas disciplinas, y con ellas, el requerimiento de nuevas instalaciones, financiadas exclusivamente por las ciudades…. que al mismo tiempo debían mentir para mantener una candidatura atractiva y recibir el soporte político necesario.
¿Consecuencia? Gastos increíbles, y el surgimiento de los denominados «Elefantes Blancos», estadios y otros espacios construidos que terminan abandonados, o con una utilidad mínima. Todas las promesas de crecimiento económico, expansión del turismo y exposición son ampliamente exageradas. Y para finalizar, los Juegos actuales: Seis ciudades participaron de la selección. Boston y Hamburgo se retiraron por el rechazo del público. Roma citó razones fiscales, y Budapest también abandonó la carrera por falta de apoyo local. ¿París y Los Ángeles? Un juego para cada una. Brisbane 2032 fue elegida casi a dedo. ¿2036? Nadie tiene idea…
Sabias que los juegos…están basados sobre un ritual pagano. De hecho la loquita que apareciò en su mano, con su cabeza, representó como Juana de Arco fue guillotinada. Pero al mejor estilo de terror.