Muchos creen que el espacio es aburrido, frustrante, y no tiene nada nuevo para ofrecer. Pero esa posición pierde fuerza con cada logro, cada misión exitosa, y por supuesto, cada imagen. El Observatorio de rayos X Chandra lleva más de veinte años en funcionamiento, y gracias a los datos que ha recolectado en ese tiempo (en combinación con datos de otros programas y telescopios), hoy podemos disfrutar de una serie de imágenes formidables que definitivamente merecen tu tiempo.
La astronomía es mucho más amplia y compleja de lo que imaginamos. Si bien cualquiera puede ingresar en ese mundo con un telescopio (o un par de binoculares), un buen software y las condiciones climáticas correctas, hablar de «astronomía profesional» nos obliga a pensar en múltiples instalaciones especiales alrededor del globo, y varios observatorios en órbita, con énfasis en los llamados «Cuatro Grandes»: Hubble (luz visible), Compton (gamma), Spitzer (infrarrojo) y Chandra (rayos X).
En la sección oficial de Chandra, la NASA publicó a principios de este mes un paquete de seis espectaculares imágenes del cosmos, resultados que fusionan los datos obtenidos por el observatorio con los de otras misiones. En lo personal me hubiera gustado un formato más cercano a las galerías tradicionales (y con más fotografías), pero es un excelente punto de partida para saber más sobre este programa que lleva más de dos décadas estudiando y observando el universo de formas que serían imposibles para nosotros.
Messier 82
También conocida como la Galaxia del Cigarro, esta formación irregular se encuentra a 12 millones de años luz de distancia, en la constelación de la Osa Mayor. Los rayos X detectados por Chandra (todo lo que es azul y rosado) revelan chorros de gas que se extienden cerca de 20 mil años luz, con una temperatura que supera los diez millones de grados debido a la alta frecuencia de supernovas. Los datos ópticos (en naranja y rojo) provienen del Hubble.
Abell 2744
El Cúmulo de Pandora, creado por la unión de al menos cuatro cúmulos más pequeños, en un lapso de 350 millones de años. Otro trabajo conjunto entre Chandra y Hubble, que nos enseña cantidades extraordinarias de gas supercaliente, que brilla con intensidad en rayos X, cruzando millones de años luz entre las galaxias. Se calcula que el 75 por ciento de la masa del cúmulo es materia oscura.
Supernova 1987A
Esta supernova fue registrada en los últimos días de febrero de 1987, en la nebulosa de la Tarántula ubicada dentro de la Gran Nube de Magallanes, a unos 168 mil años luz de la Tierra. Los datos de Chandra (representados en azul) muestran la ubicación de la onda de choque de la supernova (una especie de «boom sónico») interactuando con el material cercano a unos cuatro años luz del punto original de la explosión. Evidencia adicional de esa interacción fue detectada por Hubble (naranja y rojo).
Eta Carinae
Algunos expertos creen que Eta Carinae es una gran candidata a convertirse en supernova dentro de nuestra galaxia. Se encuentra a unos 7.500 años luz (por lo que no deberíamos esperar efectos negativos si explota), y la hemos estudiado durante mucho tiempo. La imagen contiene datos ópticos y ultravioleta de Hubble, con rayos X de Chandra (las emisiones de color púrpura). Las erupciones previas de la estrella llegaron a crear anillos de gas con 2.3 años luz de diámetro.
Galaxia Rueda de Carro
PGC 2248, si prefieres un nombre formal. Un «blanco gigante» como pocos, cortesía de la pequeña galaxia cerca del centro. NASA explica que la colisión creó ondas de choque que barrieron la galaxia, dando lugar a un amplio número de formaciones estelares. Una vez más, los datos de Chandra aparecen en púrpura, con gas caliente expandiéndose más de 150 mil años luz debido a la colisión. Los datos ópticos de Hubble están identificados en azul, rojo y verde.
Nebulosa de la Hélice
¿La mejor para lo último? No lo sé, pero tampoco podemos negar que esta imagen de la Nebulosa de la Hélice o NGC 7293 es impresionante. Lo que estamos viendo mide unos cuatro años luz. Cuando una estrella como nuestro Sol se queda sin combustible, se expande y elimina sus capas externas, mientras que el núcleo se encoge, formando una nebulosa planetaria. La fotografía combina datos de Chandra (blanco), Hubble (naranja y azul), Spitzer (verde y rojo), y el Galaxy Evolution Explorer de NASA (cian).
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Esa Nebulosa de la Hélice la había visto en aquellas olvidadas cadenas de correo en donde la llamaban el Ojo de Dios. Creo que era para causar emociones aludiendo a Dioses imaginarios