En muchas series y películas, cuando la situación es grave y colapsan los sistemas de comunicación, nuestros héroes de turno regresan al clásico código Morse para enviar y recibir órdenes complejas. En el pasado hemos explorado varios recursos online que nos permiten escribir y decodificar código Morse, pero el proceso de aprendizaje siempre ha sido un poco incómodo si se quiere. Sin embargo, el portal de Experiments with Google posee un fabuloso recurso que no sólo sirve para aprender código Morse, sino que también funciona como un excelente medio de accesibilidad.
El código Morse representa un caso clásico de «fácil de aprender, difícil de dominar». De hecho, aún recuerdo muy bien un viejo vídeo del ejército estadounidense que explora los principales problemas detrás de la falta de ritmo y las pausas erradas siguiendo un modo muy particular (mujeres rubias, disparos… era 1966). Considerando que un error de interpretación podría ser fatal, uno entiende rápidamente la «franqueza» del vídeo, pero el entorno civil necesita de otro estilo.
Y así llegamos a Google. El código Morse se transformó en una opción de accesibilidad para Gboard (teclado virtual que Mountain View desarrolla para Android e iOS) gracias a su colaboración con Tania Finlayson, desarrolladora que sufre de parálisis cerebral. Pero además de obtener el teclado, los usuarios también pueden aprender Morse directamente en sus dispositivos, o siguiendo la demo con un navegador compatible.
Cómo aprender código Morse
El primer paso es lógicamente aprender el código para cada letra del alfabeto, y el experimento usa múltiples referencias visuales que nos ayudan a asimilar puntos y rayas manteniendo una buena dinámica. Por ejemplo, para la letra S utiliza un submarino, tres puntos. La letra M es un bigote ( «mostacho» o «mustache»), dos rayas sobre el rostro de un hombre. La letra E es un ojo («eye»), un solo punto. Y así va agregando una letra a la vez. Al principio no es más que un juego de memoria, y si olvidas el código de una letra, la plataforma te lo recordará a los pocos segundos.
El resto es cuestión de práctica, cometer errores, probar de nuevo, y desarrollar memoria muscular. El hecho de usar un teclado (sea virtual o físico) nos da cierta ventaja adicional, por lo tanto, una vez que la civilización moderna caiga y nos veamos forzados a regresar al telégrafo (?), lo más probable es que sea necesario practicar un poco más.
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