En la segunda mitad de la década del ’60, el desarrollo informático avanzó a pasos agigantados. Los expertos de la época comenzaron a lograr cosas que parecían imposibles, ganando velocidad y eficiencia con cada salto evolutivo. La plataforma Graphic 1 de Bell Labs es un ejemplo contundente de dicho avance. En esencia, Graphic 1 permitía al usuario cargar datos directamente en el ordenador usando un lápiz óptico y «dibujando» lo que quería, con la ventaja de borrar, modificar, duplicar y/o almacenar sus diseños sin sobresaltos.
Graphic 1: La “máquina increíble”
1965 puso a Lyndon Johnson en el poder, nos enseñó a Alexei Leonov transformado en el primer hombre que «caminó» en el espacio, Mariner 4 envió las primeras imágenes de Marte, y los Rolling lanzaron «(I Can’t Get No) Satisfaction».
En aquella época también se observaron impresionantes desarrollos tecnológicos gracias a la explosión de la transistorización, estimulada por los gigantes del mercado. En el pasado hemos explorado las virtudes de titanes como el IBM 1401 (el «Ford T» de la informática), y lo que vamos a compartir hoy tiene un ordenador IBM de fondo, pero va mucho más allá.
Se trata de Graphic 1, una avanzada plataforma de entrada basada en gráficos, creada por William H. Ninke, Carl Christensen, Henry S. McDonald y Max Mathews, bajo el ala de Bell Labs en 1965.
En el mini documental The Incredible Machine de 1968 podemos apreciar algunas de las posibilidades que ofrecía Graphic 1. En primer orden, dos ingenieros diseñan el circuito de un filtro a mano alzada, arrastrando componentes de la barra de elementos al gráfico utilizando un lápiz óptico.
Más allá de su enorme conveniencia, otro aspecto de Graphic 1 es que podía reportar valores ausentes o errores en el diseño. La segunda escena nos muestra a un artista gráfico y un científico del Bell Labs colaborando en el desarrollo de una película experimental.
Los recursos de Graphic 1 no solo eran aplicables al arte visual, sino también a simulaciones especiales (como un satélite orbitando la Tierra), y a la creación de música.
Graphic 1 sirvió de frontend para el lenguaje Music IV de Max Mathews y Joan Miller. En otras palabras, el usuario podía programar melodías con algunos toques del lápiz óptico.
La consola de trabajo de Graphic 1 contenía un sistema PDP-5, y un trackball acompañaba al lápiz óptico. Estaba enlazada a un mainframe IBM 7094, y a una impresora de microfilme Stromberg-Carlson 4020. Ahora, admito que los vídeos nos enseñan un funcionamiento idealizado de la plataforma Graphic 1.
Los archivos de AT&T indican que su memoria guardaba un máximo de ocho imágenes, la impresora tardaba entre dos y cuatro horas, y el tiempo de respuesta del mainframe oscilaba entre dos y seis minutos, dependiendo de las solicitudes. Aún así, Graphic 1 fue una de las pioneras en interfaces gráficas, y merece ser reconocida.
Fuentes: 120 Years of Electronic Music, AT&T Archives
Este tipo de artículos acerca de artefactos históricos están muy buenos. Una monería geek.