Es una escena tan común que prácticamente no le prestamos atención: Una mosca se acerca a nuestra comida, aterriza en ella, tratamos de alejarla, toma distancia y lo intenta de nuevo. La mosca es asociada con suciedad y bacterias, aunque pocos conocen realmente su mecanismo de acción. Un detalle sorpresivo es que la mosca no muerde ni mastica, pero el verdadero problema está en su recorrido previo, porque la comida humana es apenas una de muchas cosas que le atraen…
Hasta el lugar más limpio del mundo puede convertirse en una atracción para las moscas. En lo personal las he visto volar cerca de luces fluorescentes compactas, pero no hay nada que un buen insecticida no solucione. Sin embargo, luchamos una batalla perdida.
La presencia de la mosca común (Musca domestica) está directamente asociada al ser humano debido a su comensalismo, y su distribución es global. Por lo tanto, es casi inevitable que de vez en cuando una mosca aterrice en una manzana cortada al medio, el borde de una taza de té, y otras tantas fuentes de alimento. Mercados al aire libre, carnicerías… están en todas partes, esperando una oportunidad.
Ahora, la pregunta es: ¿Qué sucede exactamente cuando una mosca se posa en nuestra comida?
En primer lugar, la mosca no tiene dientes, y no puede ingerir sólidos de forma directa. Cuando se colocan en la superficie de un alimento, la mosca regurgita saliva, convirtiéndolo en un líquido que es absorbido con su probóscide.
En términos menos científicos, lo que hace la mosca es vomitar sobre la comida para luego consumirla. Si esa imagen no es lo suficientemente mala, tenemos más. La mosca sirve de vector mecánico para cientos de patógenos, incluyendo a los responsables del cólera, la tifoidea, tuberculosis, ántrax y salmonelosis.
Esto se debe a que aprovecha otras fuentes de alimento, como material en descomposición y excremento de animales. Esos patógenos viajan con la mosca (que a veces se desplaza por kilómetros), y existe la posibilidad de que se transfieran a nuestros alimentos.
El único problema que tengo con el vídeo es el toque dramático del final: ¿Tirar la galleta entera? Una solución más eficiente sería eliminar la sección en donde estuvo la mosca. Tampoco es tan grave una mosca en alimento crudo si se lo va a cocinar a alta temperatura más tarde, aniquilando durante el proceso todo lo que pueda existir en su superficie.
Sí, una mosca tiene el potencial de transmitir enfermedades como tantos otros insectos, pero el plan es saber un poco más, y no generar un cuadro de misofobia.
Fuente: Business Insider
Habría que ver si la carga de patógenos que arrastra (tipo y cantidad) y la fracción de ésta que queda depositada en la comida es suficiente para crear problemas. Diría que en el 99.99% (o más) de los casos no representa un verdadero peligro, o de lo contrario toda la humanidad estaría muerta hace miles de años. Todo el tiempo se posa una mosca en nuestra comida. La espantamos y seguimos comiendo, y aquí estamos. Seguramente los extremos sean más riesgosos, como una exagerada cantidad de moscas sobre un alimento, pero una sola de vez en cuando no es problema. Empirismo puro.
¡Bien dicho!