La gran mayoría de los seres humanos tenemos tres tipos de conos o fotorreceptores para percibir los colores primarios: Rojos, azules y verdes. Sin embargo, existe una condición llamada tetracromatismo, en el que una persona posee un cuarto fotorreceptor. La artista Concetta Antico es tetracromática, y puede ver hasta 100 millones de colores. Concetta explica que encuentra colores con sólo pintar sobre madera usando agua, que los blancos no son realmente blancos para ella, y que logra detectar si su hija está enferma al ver el tono de su piel. ¿Acaso podemos imaginar semejante habilidad?
Llevo casi tres décadas sentado frente a diferentes ordenadores, y eso me ha permitido apreciar su evolución en materia de profundidad de color. Pasamos de las pantallas monocromáticas a 4 colores, después 16, 256, 65.536, 16.7 millones, y ya existen especificaciones que habilitan 16 bits por canal, lo que se traduce en unos teóricos 281 billones de colores. Ahora… acceder a ese potencial tecnológico no significa que podamos apreciarlo por completo. Al igual que sucede con los oídos, la capacidad de nuestros ojos cambia con el paso del tiempo, pero allá afuera hay personas que a nivel ocular son simplemente muy especiales. Una de ellas es la artista Concetta Antico, quien puede ver hasta 100 millones de colores:
Concetta explica que posee una condición (o estado, si se quiere) llamada tetracromatismo. A diferencia de un humano estándar, Concetta cuenta con cuatro fotorreceptores en vez de tres, lo que multiplica por 100 su capacidad de interpretar colores. Uno de los grandes desafíos para la artista es, sin lugar a dudas, compartir con otros esta habilidad. Cuando estaba en edad de preescolar, Concetta pintaba madera usando sólo agua, ya que el reflejo de la luz sobre el líquido generaba un efecto de arcoíris para ella (igual que cuando ve lluvia, nieve o niebla). El blanco «no es blanco», sino que observa una paleta de blancos. A Concetta le encanta el color negro, y en aves como cuervos o estorninos puede detectar tonos violetas, azules o esmeraldas sobre sus plumas.
Otro aspecto llamativo es que Concetta define a la piel como «multicolor». Alguien sonrojado se vuelve muy brillante, y también sabe cuando su hija está enferma porque su piel cambia a un amarillo verdoso con pizcas de lila pálido. Adora comer arándanos por los colores que poseen, pero lo cierto es que no los aprecia a todos. Concetta se queja de la dureza de los colores en los plásticos que ve cuando visita una tienda, y admite que el amarillo la estresa. Si necesita un descanso, todo lo que hace es cerrar los ojos, pero siempre hay algo de color que se filtra entre sus párpados. Y la mejor parte es que Concetta está casada… ¡con un daltónico! A veces, el universo tiene sentido del humor.
Muy interesante. Deberíamos sacarle los ojos y estudiarlos detenidamente.
Jajajjajajjajajajjajaja pobre señora.
Una X-Men…