Microsoft confirmó que la próxima actualización mayor de Windows 10 comenzará su distribución el próximo 17 de octubre, mientras que el período de cambio para Windows 10 S se extenderá hasta marzo de 2018, pero eso no parece ser suficiente. A pesar de los esfuerzos de Redmond, Windows 7 conserva entre el 45 y el 50 por ciento del mercado, y también se observa una resistencia similar dentro de Steam, único entorno en donde Windows 10 se encuentra al frente.
Todo usuario puede encontrar en Windows 10 a un buen sistema operativo, siempre y cuando esté dispuesto a trabajar sobre él para eliminar las sobras. Lamentablemente Microsoft jamás entendió ese detalle, e incluso sus últimas actualizaciones parecen ir en contra de una idea básica: En ciertas ocasiones, «menos es más». El llamado Fall Creators Update comenzará su aventura el 17 de octubre, y para ser honesto, es difícil encontrar algo que sea crítico o excitante en él. Los usuarios avanzados lo verán como un Service Pack extra, lo instalarán, y procederán a cortar los excesos con bisturí (léase PowerShell). La alternativa… es «bajar» a Windows 7, y aunque sus dolores de implementación son amplios, es evidente que una buena parte del mercado lo sigue teniendo en alta estima.
Los números de NetMarketShare son particularmente contundentes: El 48.43 por ciento de los usuarios permanece en algún sabor de Windows 7, mientras que Windows 10 no puede perforar el 28 por ciento. En la otra acera, StatCounter le da a Windows 10 una posición mucho más favorable con el 37.87 por ciento, sin embargo, en sus registros Windows 7 tiene más del 45 por ciento del mercado. Otros datos que sin duda merecen nuestra atención son los de Steam: Allí, el dominio de Windows es absoluto, con un 96.3 por ciento. Sobre el total global, Windows 10 x64 reclama el 50.03 por ciento, con un crecimiento del 0.44 por ciento, pero Windows 7 x64 presenta un 35.01 por ciento de adopción, avanzando más de dos puntos el mes pasado.
El soporte extendido de Windows 7 finaliza el 14 de enero de 2020. Microsoft tiene poco más de dos años para trabajar en favor del usuario y comenzar a desarrollar una estrategia que le permita evitar el caos de transición que observamos con Windows XP (que dicho sea de paso, aún posee el 6 por ciento del mercado). La adopción agresiva no ha funcionado. El bloqueo artificial de actualizaciones tampoco. Windows 10 ganó apenas un siete por ciento desde que «terminó» su oferta gratuita, que llegó a través de los usuarios de Windows 8.x. Redmond necesita reaccionar, o Windows 7 será «el próximo XP».