Nuestros compañeros felinos exhiben diferentes comportamientos, pero uno de los más perturbadores es cuando se quedan mirando a través de la oscuridad, y sus ojos se convierten en linternas. ¿Cuál es la razón detrás de ese extraño brillo? En primer lugar, la ciencia nos enseña que no es algo exclusivo de los gatos, y en segundo lugar, también puede explicar las diferencias en su color.
Toda persona que decide adoptar a un gato por primera vez necesita atravesar cierto proceso de adaptación. Horarios, higiene, alimentación, comportamiento, comunicación… algunos humanos básicamente deben aprender desde cero, y asimilar detalles muy extraños, a un punto tal que nos dan un buen susto. El ejemplo más recurrente es cuando el gato se sienta en la oscuridad a observar «algo», y sus ojos brillan como si tuvieran una especie de «backlight biológico».
Los brillantes ojos de los gatos
El misterio está asociado a la formidable visión nocturna que poseen. En lo personal los he visto (después del hecho, obviamente) atrapar grillos, cucarachas y ratas incluso en las noches más cerradas, y ese rendimiento surge gracias a varios factores, entre los que se destaca el llamado tapetum lucidum.
Los expertos describen al tapetum lucidum como una capa especial ubicada inmediatamente detrás de la retina, y su objetivo es ofrecer a las células una segunda oportunidad en la estimulación fotorreceptora. En otras palabras, es un espejo que refleja la luz de regreso a las células de la retina, y en ciertas ocasiones, esa luz escapa a través de las pupilas, provocando que nuestros gatos imiten a Scott Summers (?).
El color en el brillo depende de los compuestos que forman al tapetum lucidum, y existen diferencias importantes entre un animal y otro. En el caso de los peces predomina la guanina, generando un brillo blanco. En el caso de las ovejas descubrimos colágeno, que puede entregar un brillo verde o azul. Y entre los gatos encontramos riboflavina (vitamina B2) con cinc. La cantidad de cinc es la que establece su tendencia al amarillo, azul, o verde.
En resumen, el brillo en los ojos de los gatos es producto de su funcionamiento natural. Al igual que la gran mayoría de los animales diurnos, los humanos no tenemos tapetum lucidum. La «versión beta» en el ojo humano la genera el famoso efecto de ojos rojos, y se necesita algo tan rápido y poderoso como el flash de una cámara.