Lisandro Pardo
La guerra de Vietnam quedó en la historia como uno de los conflictos bélicos más mortíferos y brutales. El cine y la televisión lo han explorado desde diferentes ángulos, pero son muy pocos los proyectos que buscaron introducir elementos de ciencia ficción. El nuevo corto de Neill Blomkamp y Oats Studios va exactamente en esa dirección. Firebase se presenta como un filme menos lineal y más caótico que su predecesor, pero no por eso deja de ser interesante. Todo lo contrario: Necesitas verlo ya.
«Predator» demostró que la ciencia ficción y un entorno hostil como la jungla pueden funcionar muy bien juntos. Además de los peligros naturales que existen allí, el hecho de introducir un factor desconocido al que varios personajes interpretan como sobrenatural genera un gran impacto en la pantalla. Ahora, si nos trasladamos de Centroamérica en los ’80 a plena guerra de Vietnam en los ’70, el potencial es aún más grande. ¿Qué clase de horrores han visto los soldados de ambos bandos, camuflados entre los árboles? ¿Acaso es el calor, la malaria, las drogas… o algo más? Neill Blomkamp trata de desarrollar una respuesta para estas y otras preguntas a través de su último corto, Firebase. ¿El resultado? Aquí lo tienes:
Una criatura nacida de la furia y el dolor, inmune a las armas convencionales, con la capacidad de alterar la realidad y manipular a los muertos desde la carne hasta los huesos. Un soldado cada vez más desconectado, obsesionado con cazarla y destruirla. Un agente de la CIA que sabe mucho más de lo que aparenta. Y entre todo eso… sangre. Muerte. Fuego. El espacio y el tiempo fallando. Blomkamp explicó en una reciente entrevista que Firebase se basa en la hipótesis de la simulación. La criatura, este «dios del río» es el equivalente a un error, una anomalía fuera de control, mientras que el soldado es algo así como «el parche» del universo para corregir ese error.
Al igual que sucede con Rakka, no hay garantías de que Firebase se vaya a convertir en una serie completa o una película. Oats Studios todavía está tratando de creando un modelo viable, y aunque la respuesta inicial ha sido muy positiva, todo se reduce a cuestiones económicas.
