El Gran Colisionador de Hadrones es asombroso, maravilloso, y una de las obras de ingeniería más espectaculares sobre la faz de la Tierra… pero no es suficiente. Los científicos necesitan obtener más información, y eso se traduce en una mayor cantidad de energía. El Colisionador estará con las manos llenas de experimentos por los próximos años, pero la comunidad ya piensa en acelerar la construcción de su heredero, conocido en la actualidad como el Future Circular Collider. Será entre tres y cuatro veces más grande que el LHC, con siete veces su potencia.
Mientras que al otro lado del charco la ciencia se convirtió en mala palabra y los paladines de la post-verdad esparcen su oscurantismo en todas direcciones, la semana pasada se reunieron más de 500 investigadores y científicos en Berlín con el objetivo de discutir y trazar la hoja de ruta que llevará a la construcción del Future Circular Collider, sucesor del actual Gran Colisionador de Hadrones o LHC. ¿Acaso hay algo malo en el LHC? La respuesta es no. De hecho, todavía tiene por delante una importante cantidad de experimentos y varias actualizaciones programadas, pero la física de partículas es una carrera de energía y precisión. El LHC justificó cada centavo con el descubrimiento del bosón de Higgs (sobre el cual se sigue trabajando), sin embargo, hay ciertos aspectos que se mantienen fuera de su alcance, comenzando por la materia oscura, y el dominio de la materia tradicional frente a la antimateria. En resumen: Se necesita más energía.
Por eso el FCC tiene especificaciones tan impresionantes. Estamos hablando de un «círculo» que podría medir entre 80 y 100 kilómetros, tres o cuatro veces el tamaño del LHC. Por el lado de la energía, el LHC fue diseñado para trabajar a un máximo de 14 teraelectronvoltios (TeV), pero el FCC tiene la mira en los 100 TeV, siete veces más. Semejantes niveles podrían dar lugar a toda una nueva serie de descubrimientos científicos, nada mal si consideramos que en estamos ciegos frente al 95 por ciento del Universo.
De más está decirlo, el desarrollo del FCC va a tomar mucho tiempo. A modo de comparación, sólo la fase de construcción del LHC demandó diez años (30 en total), y como ya lo hemos observado, sus pausas para las actualizaciones duran meses. Se espera que el LHC funcione sin problemas hasta el año 2035, por lo tanto, el FCC debe comenzar a dar sus primeros pasos ahora para estar terminado cuando la comunidad científica más lo necesite.
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