El CES 2017 nos presentó muchas novedades de hardware, pero una de las más llamativas estuvo en manos de Intel. Su Compute Card promete actualizaciones rápidas y sin trabas técnicas para una amplia gama de dispositivos que necesitan mejorar su rendimiento en ciclos cada vez más cortos. Cinco meses después, en plena Computex 2017, el gigante de Santa Clara decidió compartir detalles adicionales con el público, revelando las especificaciones generales de sus cuatro modelos, y el mes de lanzamiento.
Internet de las Cosas, dispositivos inteligentes, ordenadores ultraportátiles… todas estas cosas tienen algo en común: Una vez establecida su configuración de hardware, es poco probable que se la pueda cambiar. En otras palabras, el potencial de actualización es cero, demandando el reemplazo completo de la unidad. Esto no sólo agrava la delicada situación del desperdicio electrónico y la obsolescencia programada, sino que es caro para el bolsillo de cualquier usuario. El mundo empresarial tampoco ve esas restricciones con buenos ojos. A ninguna compañía le agrada retirar terminales enteras por cuestiones de compatibilidad y seguridad, cuando la mayoría de los componentes siguen en buenas condiciones. ¿Cuál es la solución de Intel a este problema? Integrar un ordenador en una tarjeta.
La Compute Card se mantuvo relativamente fuera del radar luego de su presentación en el CES 2017, y en lo personal deseaba que no se convirtiera en otro concepto perdido. Por suerte, Intel reveló varios datos sobre el estado del proyecto en Computex 2017, donde fue posible observar en funcionamiento a varios prototipos creados con la Compute Card como pieza central. ECS, Foxconn, LG, Dell, HP y Lenovo son algunas de las compañías que planean lanzar productos compatibles con la tarjeta, y no estarán limitados a ordenadores: También debemos pensar en tablets, sistemas de punto de venta, y hasta refrigeradores.
Las cuatro versiones iniciales de la Compute Card tendrán en su interior 4 GB de RAM en DDR3, conectividad WiFi ac y soporte Bluetooth. Los dos modelos más pequeños se basan en el Celeron N3450 y el Pentium N4200 (64 GB de almacenamiento para ambos), mientras que los otros dos (con un SSD de 128 GB) utilizan al Core m3-7Y30, y al Core i5-7Y57. Intel decidió guardar silencio en relación al precio de cada Compute Card, pero sí confirmó que la distribución comenzará en agosto.
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