Yo-yo. Peonza. Boliche. Tiki-Taka. Canicas. Cubos de Rubik. Adornos plásticos con forma de chupete. El Tamagotchi. He visto muchos objetos y juguetes con una popularidad enorme, y todos ellos se convirtieron (tarde o temprano) en algo insoportable. El nuevo accesorio que aparentemente ha tomado al mundo por asalto es el Fidget Spinner, pero aún no detectamos señales que sugieran su desaparición. De hecho, alguien llegó al extremo de convertirlo en una webapp, compatible con ordenadores y dispositivos móviles.
El año era 1989, y Batman había conquistado el cine. Apenas un enano en plena escuela primaria, yo estaba completamente obsesionado. Camisetas de Batman, medias de Batman, llaveros de Batman… hasta ropa interior de Batman. Y así como apareció, dicha locura se esfumó en el aire al poco tiempo. Casi treinta años después puedo decir que Batman es una película bastante mala (sí, soy Espartaco), pero su campaña publicitaria fue una de las más exitosas que he visto. Si un filme basado en un superhéroe revolucionó a escuelas enteras, imaginen el impacto de un juguete que cualquiera puede llevar en el bolsillo y presumir frente a sus compañeros…
El último ejemplar con semejante potencial es el Fidget Spinner. Tal y como suele suceder, los orígenes de este accesorio no son del todo claros. Algunas patentes presentadas a principios de los ‘90 indican que una tal Catherine Hettinger es la inventora, pero un reciente artículo publicado por Bloomberg pone eso en duda. Los hay de todo tipo, y con precios muy variados, cortesía del Gigante Rojo de Oriente que produce en masa cualquier juguete que Occidente demande de la noche a la mañana. Y ahora se suma una versión virtual, a la que podemos encontrar en el portal fidget-spinner.xyz. Ofrece un total de doce modelos, y la posibilidad de cambiar el color a cada spinner. El resto es… hacerlo girar.
Se supone que el Fidget Spinner funciona como juguete antiestrés, similar a esas bolas de goma que podemos estrujar a gusto. Esta edición online es bastante decepcionante en ese aspecto, y apenas debe ser interpretada como una curiosidad, o como el proyecto personal de alguien que trata de aprovechar su actual popularidad. Si quieres algo más adictivo, siempre puedes probar con Cookie Clicker, pero no digas que no te lo advertí.