En el pasado hemos visto cómo hacer ferrofluidos en casa, y su aplicación en un inusual mercado, pero hoy tenemos algo diferente. Ya sabemos bien que los ferrofluidos reaccionan de una forma muy particular frente a los imanes, lo que nos permite visualizar el campo magnético bajo las condiciones correctas. ¿Cuáles son esas condiciones? Además del ferrofluido y los imanes, necesitaremos un poco de WD-40, dos trozos de vidrio transparente, cinta adhesiva, una lámpara, y un espacio que se pueda ensuciar sin problemas.
Los experimentos con ferrofluidos son muy interesantes. La idea de ver un líquido desarrollar «espinas» cuando acercamos un imán llama mucho la atención de los más pequeños, pero lo cierto es que no hay un límite de edad. Si eso parece poco, existen diferentes recetas para preparar ferrofluidos, algunas más complejas que otras, y todas con resultados muy positivos. Sin embargo, en esta oportunidad queremos usar a un ferrofluido como herramienta para visualizar campos magnéticos sin cambios radicales en su superficie.
Ver los campos magnéticos con ferrofluidos
La buena noticia es que no se necesita una gran cantidad de ferrofluido, y unos pocos mililitros son más que suficiente. La clave está en mezclar a ese ferrofluido con WD-40 u otra sustancia similar (por suerte, tanto el WD-40 original como sus análogos no son difíciles de obtener). Después hay que volcar el líquido sobre un vidrio transparente, y cubrirlo con otro de dimensiones idénticas. Debemos trabajar para eliminar todas las burbujas, y una vez que el líquido atrapado entre ambos vidrios es uniforme, los mantenemos unidos con un poco de cinta adhesiva. Colocamos una luz por debajo del vidrio (las tiras LED funcionan muy bien), y resto se reduce a mover un imán.
Si hay una recomendación para hacer por encima de todas las demás, es esta: Trata de hacer el experimento en un espacio que sea posible ensuciar, y no uses ropa costosa. El ferrofluido mancha… y mucho. En segundo lugar, siempre debemos tener respeto frente a los imanes de neodimio. Algunos ejemplares nos pueden engañar con el tamaño, y su fuerza ha lastimado a más de una persona.
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