El mundo de las consolas acaba de ser sacudido por una nueva ola de información proveniente de Redmond. La gente de Digital Foundry obtuvo acceso al hardware de Project Scorpio, y si obedecemos a los datos técnicos disponibles, Microsoft creó una bestia. La personalización a nivel silicio es impresionante, y el poder de procesamiento concentrado no sólo puede masticar juegos en 4K a 60 FPS, sino que tiene el potencial de transformar a Scorpio en la consola más rápida jamás fabricada.
Un aspecto clásico de las consolas, y a decir verdad uno de sus puntos más sólidos, es que el usuario no está obligado a ingresar en una carrera armamentista para disfrutar de los últimos juegos. Una vez hecha la inversión, se espera que de un modo u otro todos los títulos corran sobre ese hardware sin inconvenientes. En la última generación de consolas fue necesario pagar un alto precio: La retrocompatibilidad. Los ciclos de hardware son más largos, pero los jugadores han reclamado hasta el cansancio la posibilidad de ejecutar sus viejos juegos en nuevos sistemas, y tanto Microsoft como Sony debieron responder en consecuencia. La parte más traumática ya pasó, sin embargo, el siguiente escalón para Microsoft es Project Scorpio. El plan maestro incluye una retrocompatibilidad perfecta con los juegos de Xbox One, pero de ningún modo se queda estancado en eso. Redmond tiene toda la intención de liberar la furia del 4K en nuestras pantallas, y Project Scorpio parece tener todo lo que necesita.
La gente de Digital Foundry (Eurogamer) recibió acceso exclusivo a la consola, que también incluyó una sorprendente demo de Forza Motorsport 6 en 4K a 60 FPS, pero antes de discutir eso necesitamos saber qué hay en el interior de Scorpio. Su corazón es lo que Microsoft llama «Scorpio Engine», un chip basado en ocho núcleos AMD Jaguar a 2.3 GHz, y un módulo gráfico con 40 unidades de cómputo personalizadas a 1.172 MHz. Se trata virtualmente de una AMD Radeon RX 480 miniaturizada, pero lo más interesante es que la tarjeta gráfica real tiene una cantidad menor de unidades. Todo eso está respaldado por 12 GB de memoria GDDR5, con un bus de 384 bits y acceso total para los desarrolladores de 8 gigabytes (5 en la Xbox One). El resultado final es un ancho de banda de 326 GB/s, alcanzando la marca de los 6 TFLOPs. A modo de comparación, la PS4 Pro llega a 218 GB/s y 4.2 TFLOPs.
Con semejante poder de fuego a su favor, la consola Scorpio puede entregar 4K / 60 FPS aún sin tocar el límite de sus recursos, pero la clave es que esa resolución se extienda a todos los juegos de Xbox One, incluyendo a aquellos en 900p. Básicamente, Microsoft utilizó una herramienta llamada PIX (Performance Investigator for Xbox) para detectar los cuellos de botella que afectan a los principales títulos. Al ingresar los datos de PIX en un emulador de hardware, Microsoft determinó con precisión el nivel de personalización necesario en el silicio. Dicho de otro modo, el software hizo al hardware. A los desarrolladores de Forza Motorsport 6 apenas les tomó dos días finalizar el port del juego a Scorpio, y funcionó a máxima velocidad desde el inicio. Por supuesto, sería una locura juzgar a toda la plataforma con un solo juego, pero es imposible negarlo: Estamos ante un monstruo.
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