Lisandro Pardo
Ha pasado un nuevo «Hack Day» por los pasillos de Netflix, y en su camino quedaron algunos desarrollos muy extraños… que probablemente nunca vayan más allá de su fase de prototipo. Aún recuerdo bien aquel episodio de House of Cards sobre una consola NES, pero en esta oportunidad, los ingenieros de Netflix decidieron explorar el potencial del control mental bajo el proyecto MindFlix. En esencia, el mando a distancia es reemplazado por el cerebro del usuario, y una tiara con soporte EEG.
¿Quién no perdió un mando a distancia? ¿Cuántas veces quedó destrozado por ese último tiro que dio en el poste al minuto 94, o ahogado en situaciones poco claras? El mando a distancia no sólo debe responder a los comandos del usuario, sino también tolerar una cantidad significativa de abuso. En otras palabras, los mandos a distancia se rompen, o terminan en lugares muy difíciles de alcanzar (ya sea en una pieza o varias). El mercado ha tratado de ofrecer varias opciones universales, pero en el último Hack Day organizado por Netflix decidieron explorar una ruta mucho menos convencional que digamos. El proyecto lleva el nombre de MindFlix, y su funcionamiento se reduce a dos palabras: Control mental.
Lo que hicieron fue tomar una «tiara de meditación» Muse, y reprogramarla de modo tal que reconozca los movimientos de la cabeza, además de otras órdenes específicas emitidas con nuestro pensamiento. La demo dura unos… 20 segundos, pero es suficiente para comprobar que el hack funciona. Se trata de apenas una prueba de concepto que podría llegar a tener cierta utilidad entre usuarios con movilidad reducida, aunque lo más probable es que termine en una caja como el Arca de la Alianza en la primera película de Indiana Jones.
Junto al MindFlix también se crearon otros proyectos, incluyendo un videojuego de Stranger Things, y un suéter de Navidad que presenta mensajes imitando a las luces que vemos en la serie. En lo personal, Netflix puede experimentar todo lo que quiera con control mental, siempre y cuando no pierda de vista sus prioridades, o sea, mejorar sus catálogos y su velocidad, manteniendo un precio razonable.
