Era cuestión de tiempo, de eso no tenemos dudas. Los reclamos sobre el proceso de actualización a Windows 10 se han multiplicado a través de la Web, pero después de sufrir múltiples problemas técnicos, una mujer de California no sólo demandó al gigante de Redmond, sino que recibió la suma de diez mil dólares en concepto de lucro cesante, y el costo de un nuevo ordenador. Si bien el caso puede que sea demasiado aislado como para servir de precedente, logró confirmar algo que hemos repetido durante meses: La política interna de Microsoft está en conflicto con sus usuarios.
Una de las peores situaciones que cualquier persona puede enfrentar con un ordenador es descubrir que no funciona al día siguiente, y lo necesita con urgencia para trabajar, estudiar, o comunicarse. Independientemente de si existen respaldos o no, lo que falta en muchos casos es redundancia de hardware, o sea, otro ordenador que ocupe el lugar de la terminal averiada hasta que se solucione el problema. Las fallas de componentes están a la orden del día, sin embargo, una crisis así se vuelve mucho más irritante cuando es causada por una acción o un mecanismo que supuestamente debería beneficiar al usuario. La actualización a Windows 10 califica como una de esas acciones. En los últimos meses debí «rescatar» a varios ordenadores de instalaciones automáticas que se quedan «atragantadas» en el camino, y aunque el mal momento desaparece una vez que el ordenador vuelve a funcionar, una mujer de Sausalito en el estado de California decidió que el daño sufrido fue demasiado grande, y demandó a Microsoft.
El Seattle Times explica que a los pocos días del debut de Windows 10 en el mercado, Teri Goldstein, dueña de una pequeña agencia de viajes, recibió una actualización a Windows 10 que jamás autorizó, y como si fuera poco, falló. Goldstein declaró que «nunca había escuchado» sobre Windows 10, y que «nadie le preguntó» si deseaba hacer la actualización. Su ordenador quedó en una condición muy inferior a la anterior, con múltiples errores, inestable, y directamente imposible de usar durante días. Después de un prolongado contacto con el servicio al cliente de Microsoft, que fue incapaz de corregir el problema, Goldstein llevó a Microsoft a la corte, y recibió un veredicto favorable. La suma total calculada es de diez mil dólares, que combina el concepto de lucro cesante y el costo de un nuevo ordenador.
Como era de esperarse, Microsoft negó cualquier intento de daño o actitud maliciosa de su parte. En un principio trató de apelar el fallo, pero el mes pasado dejó caer la apelación, porque el costo de sostener el litigio probablemente supera al monto de la compensación. Estamos hablando de un proceso que se extendió por casi un año, y aún así, queda instalada la pregunta: ¿Servirá como precedente? Mientras tanto, Microsoft volvió a actualizar su guía para desactivar la notificación de Windows 10…
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