Todas y cada una de las compañías que harán acto de presencia en la próxima edición de la E3 buscan jugar sus cartas fuertes. La realidad virtual es uno de los temas más calientes, y como era de esperarse, la gente de Oculus VR tiene las manos llenas con el Rift y el resto de sus proyectos. En una conferencia de prensa que se llevó a cabo ayer, la compañía presentó el diseño final de su casco virtual, junto a un nuevo control inalámbrico que combina soporte táctil con rastreo de movimientos.
El panorama para el Oculus Rift se está haciendo cada vez más claro. Finalmente tenemos una idea sólida sobre su lanzamiento, y también se han confirmado las especificaciones recomendadas, pero aún queda mucho trabajo por delante. La realidad virtual no depende solamente del hardware, sino que se necesitan jugadores robustos por el lado del software, con el objetivo de entregar una experiencia satisfactoria. A modo de ejemplo, más de uno se ha preguntado cómo se verá Fallout 4 con un casco de realidad virtual. En lo personal, la idea de encontrarme cara a cara con un Deathclaw me parece perturbadora… pero sería una partida extraordinaria. Otro aspecto que necesita optimizar Oculus VR es el de la inmersión. Cuando se colocan un casco virtual, lo primero que hacen muchos usuarios es buscar sus manos, pero el Oculus Rift no puede hacer nada al respecto, salvo que reciba la ayuda de un dispositivo adicional.
Ahí es cuando interviene el Oculus Touch, también conocido por su nombre clave Half Moon. Se trata de un control compuesto por una palanca, dos botones frontales, un gatillo, y un anillo repleto de sensores que envuelven la mano del usuario. Lo primero que hace el Oculus Touch es incorporar soporte háptico/táctil, de modo tal que cuando el usuario toque un objeto dentro del entorno virtual, reciba una respuesta física equivalente. Su segunda función es el rastreo posicional de las manos, y el reconocimiento de gestos. Apuntar, correr el polvo digital de una mesa, tratar de echar a una mosca virtual o simplemente saludar estarán dentro de las posibilidades del Oculus Touch. Este control no será parte del «paquete básico» del Oculus Rift (de hecho, vendrá con un control inalámbrico de Xbox One, añadiendo así soporte de streaming desde la consola hacia una PC con Windows 10 y luego al casco), ya que estará disponible después del lanzamiento del casco, pero Oculus indica que llegará al público durante la primera mitad del año que viene.
Junto a los controles también se presentó lo que será el diseño definitivo del Oculus Rift. Es más liviano que sus predecesores de desarrollo, el usuario tiene la opción de quitar los auriculares para utilizar su propia solución de audio, y lo más importante: Posee dos pantallas OLED con ajuste independiente, lo que en teoría debería mejorar la experiencia virtual. En cuanto a datos más específicos se refiere, una vez más, Oculus apeló al «silenzio stampa». No hay fecha exacta ni precio. Es probable que la E3 no sea el lugar en donde se anuncien esos datos, lo que mueve la aguja a septiembre, cuando Oculus VR organice su propia conferencia.