Al parecer, todos los reportes sobre su muerte han sido exagerados. Después de un importante silencio de radio y algunas acciones que hablaban de cancelación, el gigante de Mountain View no sólo va a continuar con el desarrollo de Google Glass, sino que tiene planeado un importante cambio de hardware en el dispositivo, incorporando tecnología proveniente de Intel.
Hay muchos aspectos que Google debe pulir en su dispositivo Glass. De más está decirlo, todavía quedan detalles de privacidad y etiqueta que no han sido atendidos apropiadamente. También existen retrasos en el desarrollo de software, lo cual nos hace dudar un poco sobre las funciones finales en el accesorio. Pero si hay algo que sí puede ser corregido en el corto plazo, es el hardware. Hasta aquí, las optimizaciones sobre las especificaciones de Google Glass han sido mínimas. Muchos de los reclamos se han concentrado sobre la duración de su batería, pero no todo es responsabilidad directa de Mountain View. Haciendo un poco de memoria, Google Glass utiliza como SoC al Texas Instruments OMAP 4430, el cual lleva más de tres años en el mercado. Algunos usuarios tal vez lo recuerden mejor como el SoC en el smartphone Motorola Droid RAZR, lanzado en noviembre de 2011. Con la salida de Texas Instruments del mercado móvil a finales de 2012, muchos consideran a OMAP como una plataforma huérfana. De hecho, Google anuló la posibilidad de actualizar los smartphones Galaxy Nexus (con un OMAP 4460) a Android KitKat por esa misma razón.
En otras palabras, si Google Glass tiene un futuro entre nosotros, no será con ese hardware. Múltiples fuentes a través de la Web están indicando que el gran candidato a ocupar el lugar del TI OMAP es un SoC proveniente de Intel. La noticia hace ruido por varias razones, comenzando con el desarrollo de software. La adopción de una arquitectura x86 para Google Glass no debería causar problemas mayores, sino todo lo contrario. Si bien no podemos negar que x86 ha recibido una amplia cantidad de críticas en el pasado (varias de ellas justificadas), tampoco podemos pretender tapar el sol con un dedo: Intel recogió el guante, y la distancia con ARM en materia de consumo energético es cada vez más reducida. El gigante de Santa Clara posee algunas cartas en su mano, y una de ellas es Quark, presente en las plataformas Edison y Galileo.
La gran duda que genera el ingreso de Intel al mundo de Google Glass está en el costo. El accesorio es cualquier cosa menos económico, y ya conocemos bien las políticas de precios que Intel suele aplicar. Con un chip más poderoso y eficiente, el panorama de Google Glass mejora bastante, sin embargo, el hardware no puede ni debe solucionar todos los problemas por sí solo. Mountain View deberá trabajar muy duro por el lado del software, tentar a los desarrolladores, y lo más importante: Convencer al consumidor de que necesita uno.
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