El giro hacia la arquitectura x86 estableció que la última generación de consolas esté compuesta, para bien o para mal, por PCs glorificadas. A medida que pasan los meses, la idea de jugar sobre un ordenador gana cada vez más tracción, pero los fabricantes quieren combinar lo mejor de ambos mundos en nuevos productos. Así es como nos encontramos al sistema Alpha de Alienware.
¿La PC, muerta? Lo lamento mucho, no he visto el cadáver por ninguna parte. Entiendo que las ventas de ordenadores y componentes se han desplomado en los últimos tiempos debido a la influencia de los dispositivos móviles, pero a la hora de jugar, el mensaje es otro. Las consolas ofrecen sólidas ventajas en materia de facilidad de uso (insertas el disco y ya) y calidad de inversión (pasaron ocho años entre la Xbox 360 y la Xbox One), sin embargo, la flexibilidad de los ordenadores es un factor que nadie puede ignorar. Algunas publicaciones (como los casos de Forbes y TechRadar) han dicho que en realidad, las que están muertas son las consolas. La razón es que ninguna de ellas posee ese “título bisagra” que nos hace salir a comprarlas con desesperación, y aquellos con cierto peso aún no tienen fecha de lanzamiento, o no son exclusivos. Entre los que defienden la idea de jugar en PC aparece Alienware. Su postura es más que lógica si tenemos en cuenta que el hardware para jugadores representa su mercado principal, pero no dudan en tomar prestadas algunas ideas de las consolas. El nuevo sistema Alpha es la prueba de ello.
En su interior, el Alpha combina hardware Intel e Nvidia. Dependiendo del modelo, el usuario puede inclinarse por un procesador Core i3-4130T (dos núcleos, cuatro hilos, 2.9 GHz), un Core i5-4590T (cuatro núcleos, 3 GHz en Turbo), o un Core i7-4765T (cuatro núcleos, ocho hilos, 3 GHz en Turbo). El máximo de RAM disponible es de 8 GB, utiliza discos duros convencionales que van desde los 500 gigabytes hasta los dos terabytes, y en todos los casos, el vídeo es GeForce GTX 860M, con 2 GB de memoria. Alienware entrega sus Alpha con Windows 8.1 preinstalado, un controlador de Xbox 360 (incluye adaptador USB), conectividad WiFi ac, y un amplio batallón de puertos.
Los datos técnicos son muy interesantes, pero siempre está la cuestión económica. Acceder a un Alienware Alpha requiere como mínimo 549 dólares, y el modelo de cuatro núcleos más barato salta hasta llegar a los 800 dólares. En lo personal, creo que el Alpha sólo vale la pena en sus versiones de cuatro núcleos (Dragon Age: Inquisition pide cuatro núcleos, y es casi seguro que otros adopten requerimientos similares), y aún así, la inversión es lo suficientemente alta como para optar por un ordenador ensamblado desde cero, aunque las ganancias en espacio y conveniencia justifican en parte a esos valores.
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