Creo que hemos acumulado suficientes razones para desear que el 2016 se vaya cuanto antes… ¿pero adivinen qué? Este año seguirá presentando resistencia, aún en los detalles más pequeños. Me refiero a que el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS) estableció la necesidad de añadir un «segundo intercalar» el 31 de diciembre, tal y como sucedió el año pasado durante el 30 de junio. Ese segundo podrá ser insignificante para la actividad humana en general, pero los sistemas digitales tienen una opinión diferente…
El 31 de diciembre a las 23:59 con 59 segundos habrá que contar al segundo siguiente como «60» en vez de «00». Bueno, seamos honestos: Lo más probable es que nadie haga eso, salvo aquellos que se dedican a mantener nuestros relojes en la hora correcta. ¿Por qué sucede esto? ¿De dónde viene el «segundo intercalar», o simplemente segundo bisiesto? Si comparamos la precisión de los relojes atómicos vinculados al Tiempo Universal Coordinado (UTC) con la precisión de la rotación de la Tierra, lo cierto es que los relojes ganan por paliza. «Más de un millón de veces mejores», de acuerdo a Peter Whibberley, investigador del Laboratorio Nacional de Física del Reino Unido. La rotación de la Tierra sufre leves fluctuaciones que no pueden ser anticipadas por completo, y el segundo intercalar surge como un recurso de calibración entre el tiempo civil y el tiempo solar.
Parece demasiada historia para un solo segundo, pero lo cierto es que hay mucho más. El debate sobre la existencia del segundo intercalar se ha extendido durante años, y aún no se llegó a un acuerdo. Debido al perfil imprevisible del segundo intercalar, necesita ser programado manualmente, provocando que los responsables de sistemas críticos derritan plomo con la mirada. IERS comunica la alteración con un anticipo de seis meses, brindando el tiempo suficiente para realizar los ajustes necesarios, sin embargo, todo el proceso puede ser muy traumático. El segundo intercalar de verano en el año 2012 afectó a sitios enteros, colgó servidores, demandó parches de emergencia, y hasta derribó el sistema de reservas de una aerolínea.
Ahora, pensemos en cosas como transacciones electrónicas y sistemas de geolocalización. Las consecuencias podrían ser aún más graves… pero el mundo sigue discutiendo. El conflicto es tan amplio que Naciones Unidas decidió patear el tablero y demorar cualquier decisión hasta el año 2023. ¿Qué se va a hacer mientras tanto? La técnica de Google es muy interesante: Reducir la velocidad de sus relojes NTP un 0.0014 por ciento durante las diez horas previas, y las diez posteriores al segundo intercalar, de modo tal que quede «untado» por así decirlo.