Cuando pensamos en un robot, seguramente todos pensamos en una criatura antropomórfica hecha de algún tipo de metal. Pero en 1978 salió a la venta uno bastante peculiar. El 2-XL, creado por Michael Freeman, era un juguete educativo con forma de robot que funcionaba a con cartuchos 8-track. Pero aunque no era más que un pedazo de plástico, su cálida personalidad encantó a muchos niños de la época.
Hoy en día es normal escuchar de robots que hacen cosas maravillosas. La tecnología ha llegado a tal punto que aquellas fantasías de máquinas automatizadas para ayudar con las tareas del hogar y seguramente luego levantarse en una revolución para asesinarnos a todos son cada vez más creíbles. Pero como te podrás imaginar la idea de hacer robots no es de ahora, sino desde ya hace mucho tiempo. Y entre muchos intentos, algunos fracasos y otros triunfos, existen casos singulares. 2-XL es uno de ellos.
La historia de 2-XL
En 1978 salió al mercado un juguete muy peculiar. Creado por Dr. Michael J. Freeman, el 2-XL era un juguete educacional con forma de robot. Funcionaba con diferentes cartuchos 8-track, algunos contaban historias, otros traigan juegos, pero todos hacían preguntas, las cuales el usuario podía responder con los botones ubicados al frente del robot. Aunque finalmente se hizo, le costó mucho a Freeman convencer a las compañías, ya que como sucede hoy en día, los juguetes educacionales no vendían bien.
La mayor parte del robotito estaba constituida por plástico duro de color marrón. En la parte superior tenía dos pequeñas bombillas amarillas que se prendían y apagan en diferentes momentos. En la parte central (que vendría a ser el estómago) tenía cuatro botones que decían: “Pregunta”, “A, Sí o Cierto”, “B o más información” y “C, no o falso”. Lo necesario para poder responder las preguntas que incluyan los cartuchos. También tenía dos perillas en la parte inferior, una de encendido y la otra de volumen, y la ranura donde se insertaban los cartuchos 8-track. En 1980 este diseño original tuvo algunas modificaciones como el color de las bombillas (a rojas), y una carcaza más cuidada. Pequeños detalles.
Antes de poder comenzar a desarrollarlo Freeman encontró una fuerte resistencia por parte de los empresarios. Ellos veían con malos ojos la idea de lanzar un juguete educativo. Sin embargo, Mego Corporation, que en ese entonces se encargaban de hacer figuras de acción de programas de televisión, lo tomó como un buen agregado para su catálogo. Poco tiempo después, se convirtió en un éxito.
El funcionamiento básico consistía en introducir un cartucho 8-track. Estos cartuchos tenían diferentes contenidos, como historias, juegos, puzzles, etc. En la fantasía estos cartuchos era bancos de memoria para el robot, cuya voz fue grabada por el mismo Michael Freeman. El personaje hablaba como si el usuario estuviese con él en el escenario donde se llevara a cabo la historia y luego hacia preguntas multiple-choice que debían ser respondidas con los botones. Si la respuesta se respondía de manera correcta el robot felicitaba al usuario, pero en caso de que la respuesta sea incorrecta 2-XL explicaba en detalle el tema que fuere. Entre preguntas también había historias que involucraban al usuario.
Aunque en su apariencia no lo denotara, 2-XL tenía una gran personalidad. No solo era muy amistoso y conocedor de los temas que tocaba, sino que también tenía un sentido del humor muy particular. En cada una de las cintas generalmente había una instancia donde 2-XL hacia un chiste malo que respondía con una risa robótica. También solía cantar y decir que no lo hacía muy bien. Cosas como esas son las que aquellos que lo tuvieron todavía recuerdan. Su personalidad era muy cálida y humana.
Tecnológicamente también había sido algo muy novedoso. Lo habían comercializado como el robot de juguete más inteligente del mundo y aunque no tenía inteligencia artificial, probablemente lo fue hasta ese momento. El modelo original consistía de un reproductor de cartuchos 8-track y cada uno de ellos estaba compuesto por diferentes canales. Dependiendo de la respuesta del usuario reproducía las diferentes secciones de la grabación.
El 2-XL original venía con un cartucho titulado: “Información General”, que tocaba diferentes temas desde deportes y películas hasta cultura general. El resto de las cintas se vendían por separado y muchas de ellas eran temáticas. A medida que avanzó la tecnología Freeman pudo hacer nuevos cartuchos más largos y complejos. Los tipos de cartuchos variaban mucho, de películas a deportes y todo tipo de temas interesantes.
2-XL, la reedición de 1992
Sin duda muchas empresas recordaron su éxito y por eso no es extraño que varios años luego saliera una reedición del mismo producto. En 1992 Tiger Electronics reintrodujo el robot 2-XL y en vez de utilizar cartuchos 8-tracks, usaba casetes que doblaban en longitud al sistema anterior y además tenía mejor calidad de sonido. No fue tan innovador como lo fue el original, pero nuevamente volvió a capturar el corazón de miles de niños alrededor del mundo.
Aunque actualmente 2-XL vive solo en la memoria de algunos, su creador, Michael J. Freeman, no se quedó en los laureles y siguió inventando robots educacionales. Creo su primer robot cuando tenía 13 años y siguió dedicando su vida a construirlos. Su más reciente creación vio la luz en 2002 cuando lanzó Kasey the Kinderbot, que constituiría la tercera generación de robots 2-XL.
Aquí tenemos un simulador del original 2-XL con el que no podemos dejar de jugar (aunque requiere Adobe Flash). Lo mejor de este simulador es que esta montado en un sitio web, por ende no tenemos que descargar nada para disfrutarlo. Solo debes entrar al sitio, elegir el cartucho y conectarlo (en la parte izquierda). Además, el sitio utiliza las grabaciones reales del juguete con todos los diálogos y efectos intactos.
También puedes utilizar los botones centrales para responder a las preguntas. La inmensa colección de cartuchos y fidelidad con la que han reproducido al pequeño robot es admirable. No olvides que aceptan donaciones para apoyar el desarrollo de este simulador. Puedes visitar este sitio para más información y una enorme colección de cartuchos.
En definitiva 2-XL fue un logro para su época. No solo tecnológico, porque la cantidad de cosas que se podían hacer era muy amplia para el momento, sino también como juguete. Pocos juguetes se adentraron en la piel de sus usuarios como este robotito y todo lo hizo gracias a su fresca personalidad.
Robots del pasado: Los robots retro más interesantes (Galería)