Lisandro Pardo
Microsoft entregó a los usuarios la posibilidad de adoptar a Windows 10 sin cargo durante un año, aunque en segundo plano, sigue activa. El problema es que las actualizaciones no siempre son limpias, y muchos ordenadores se quedaron atragantados con Windows 10, lo que provoca pérdida de datos y de productividad. Los abogados de tres usuarios afectados presentaron un nuevo reclamo en la corte de Chicago, y su objetivo es que alcance a todos los perjudicados que pasaron de Windows 7 a Windows 10, en un clásico formato de demanda colectiva.
La última ronda de rumores sugiere que el 11 de abril será el día escogido por Microsoft para lanzar al nuevo Creators Update de Windows 10. El gigante de Redmond se está demorando un poco más de la cuenta en confirmar la fecha exacta, pero todo parece indicar que no pasará de las dos primeras semanas del mes entrante. El perfil automático de las actualizaciones mayores preocupa a muchos usuarios, y en varios foros ya se está recomendando la interrupción manual del servicio de Windows Update como medida temporal. Seamos honestos: Nadie quiere ver a un update fallar, pero el expediente de Microsoft deja mucho que desear. La diferencia es que algunos usuarios tienen el tiempo, el dinero, y la determinación para llevar a la corte a Microsoft.
Ese es el caso de Stephanie Watson, Robert Saiger y Howard Goldberg del estado de Illinois. Los representantes legales de estos tres usuarios presentaron una demanda en la corte del distrito de Chicago, bajo la que acusan a Microsoft de no tomar los recaudos suficientes en el diseño y la manufactura del upgrade de Windows 10, y lanzar «un producto defectuoso» que causa pérdida de datos y daño al hardware. Stephanie Watson recibió la actualización a Windows 10 «sin su autorización», y además de perder archivos relacionados a su trabajo, el equipo no pudo ser reparado, por lo que debió comprar otro. Howard Goldberg aceptó la oferta «después de seis meses de solicitudes diarias», resultando en pérdida de información y un ordenador fuera de servicio. Robert Saiger también encontró errores tras el upgrade, y debió invertir una cantidad no especificada de tiempo y dinero para extraer sus archivos.
Lógicamente, la posición de Microsoft es que la demanda carece de mérito, ya que la actualización no era obligatoria, la compañía ofreció soporte gratuito durante el año que duró el programa, y existía la opción del «rollback» antes de los 31 días. Los abogados esperan elevar el perfil del proceso a una demanda colectiva que alcance a todos los usuarios en los Estados Unidos perjudicados por la actualización de Windows 7 a Windows 10 dentro de los primeros 30 días. En esencia, cientos de miles de personas.
