Vavatron: El videojuego perdido

En una de esas historias que parecen salidas de un libro de ficción, un grupo de tres personas viajó a Japón para encontrar el éxito que le seguiría a Frogger. Pero la crisis de 1983 los dejó varados en el país asiático y en su tiempo allí crearon un juego llamado Vavatron. Este juego ha sido la causa de muchos problemas y sus creadores hoy no quieren saber nada con él. Ellos son Will Wright, creador de The Sims y Spore; Chris Taylor, creador de Dungeon Siege y Casey Staubach, empresario.

La industria de los videojuegos es joven, de eso podemos estar seguros. Sin embargo ha tenido un comienzo tan misterioso, con miles de juegos de los que nunca se supo más nada, que hay lugar para más de una leyenda urbana. Ya hemos hablado de Polybius o como nosotros la hemos bautizado, La Recreativa del Horror y hoy tenemos otro juego con una historia misteriosa… Vavatron.

La historia de Vavatron nos lleva hasta 1982, cuando Frogger hizo su primera aparición en las maquinas recreativas y fue un éxito enorme. En ese momento, las galerías estaban repletas de juegos, sin embargo ninguna hacía tanto dinero como hizo Frogger en su primera aparición, o como aún hacía Pac-Man. Generalmente los nuevos juegos que salían, hacían buenos números, pero nada que mereciera el rótulo de “éxito”. Es por eso que la compañía petrolera, Gulf and Western, uno de los mayores accionistas de SEGA, se lanzó en su búsqueda por un nuevo éxito.

Ellos sabían que era mucho más fácil y económico licenciar un éxito que crearlo. Eso es exactamente lo que sucedió con Pac-Man y Frogger. Fueron creados en Japón y luego licenciados para llevarlos a Estados Unidos. Lo que sigue a continuación es una historia increíble y verdadera. Gulf and Western contrató al empresario Casey Staubach, para llevar a cabo esta misión y él se llevó a unos jóvenes Will Wright (The Sims,  Spore) y Chris Taylor (Dungeon Siege) para mejor efectividad.

Con el equipo ya armado, los tres partieron a Japón el 9 de noviembre de 1982, con una simple misión: encontrar el próximo juego que sería un enorme éxito. Sin embargo, lo que ellos ignoraban era que los años a seguir serían los peores años de la industria de los videojuegos. El año 1983 está documentado como la primera crisis de la industria, que casi la destruye por completo. A finales de 1982 la rentabilidad de la industria bajó un 25%. Galerías de recreativas que acababan de abrir sus puertas no lograron sobrevivir, al igual que muchas empresas desarrolladoras de videojuegos. Y la empresa que contrató a Staubach estaba intentando mantenerse a flote.

En Japón le dio la bienvenida un telegrama diciendo que debían volver a Estados Unidos. Staubach ignoró la advertencia y, sin contarles la verdad, convenció a Wright y Taylor de quedarse durante seis meses en el país asiático a expensas de SEGA. Ellos aceptaron. Se pasaron un buen tiempo haciendo turismo hasta que vieron todo lo que se podía ver. Durante ese tiempo ambos jóvenes habían creado un juego de estrategia de lápiz y papel. Staubach los alentó para transformarlo en un juego interactivo.

Haciendo algunos tratos con el asistente del manager del hotel, Staubach consiguió dos ordenadores Kaypro II donde programaron el juego. Ambos jóvenes eran fanáticos de Tempest y querían crear algo similar, pero con algunos cambios de jugabilidad que Wright tenía en mente. En vez de que el jugador tenga que caminar por todo el perímetro, el creador de Spore quería situar al usuario en el centro de la acción, rodeado de enemigos. Estuvieron trabajando durante dos meses en el proyecto que Staubach denominó “Project V”. Una vez finalizado, Wright y Taylor lo rebautizaron, Vavatron.

De la misma manera que consiguió los ordenadores, Staubach envió al asistente del gerente del hotel a conseguir un gabinete. Dos días después, llegó uno (con un juego llamado Pooyan, que fue reemplazado por Vavatron), que le costó a Gulf and Western 3.000 dólares. Al día siguiente les llegó un telegrama de Bill Kindle, el hombre que contrató a Staubach, diciéndo que estaba despedido y que le explique qué eran todos esos gastos. El empresario ignoró las nuevas amenazas. El equipo se subió al tren con el pesado juego y se dirigieron a varias empresas donde lo presentaron. Fueron rechazados por todos, incluido Konami, quienes no los quisieron por ser norteamericanos.

Finalmente se colaron en una convención muy prestigiosa en Japón y escondieron su juego en el baño. Cada vez que alguien entraba se lo mostraban y así comenzaron a desfilar muchas personas, entre las que se encontraban Eugene Jarvis, notable programador y Hironobu Sakaguchi, creador de la serie Final Fantasy. Al finalizar se destacó a Vavatron como uno de los mejores juegos de la convención y habían firmado un trato con Yuji Ishibashi de Ishibashi Electronics, empresa que pertenecía a los Yakuza, la mafia japonesa.

Ishibashi pensaba comercializar el juego en Estados Unidos, así que envió un barco con 500 recreativas. El problema surgió cuando una puerta mal cerrada en la embarcación causó que se arruinen todas las máquinas. Esto obligó a Ishibashi a cortarse la falange del meñique izquierdo (castigo común en la mafia japonesa), pero al ser hemofílico, murió desangrado antes de que la ambulancia pudiera llegar. Sí, increíble, pero real. Los Yakuza culparon a los creadores del juego de la muerte de Ishibashi  y estos debieron abordar el primer avión de regreso a Estados Unidos, por riesgo de ser asesinados.

Una vez en Estados Unidos Staubach intentó comercializar las tres recreativas que le quedaban. En un momento hubo planes para colocarla en un episodio de “Different Strokes”. Habían acordado todo y, a último momento, fue reemplazado por un juego inexistente creado por el equipo de filmación. Años después, Casey Staubach tuvo una reunión con Atari, quienes accedieron a colocarlo como juego de prueba durante unas semanas. Inoportunamente hubo un problema con el envió y Vavatron terminó en el camión equivocado y nadie sabe dónde terminó (se cree que enterrado en Nuevo Mexico, junto a las copias de ET).

Finalmente, Staubach se hartó del juego y rehizo su vida trabajando para una pequeña empresa que luego fue comprada por Enron. Actualmente Casey Staubach se encuentra en prisión cumpliendo una condena de 25 años por el escándalo en dicha empresa. Will Wright y Chris Taylor son conocidos desarrolladores de videojuegos y los tres dieron su consentimiento para crear una emulación del videojuego perdido. Puedes descargar Vavatron aquí y oye… todo esto que acabas de leer, fue una broma de IGN, nada más. ¡Pero qué buena historia!