Curiosa decisión por parte de Sony escoger el mismo día en el que Apple anunció a los nuevos iPhone 7 para presentar a la próxima fase de su consola PlayStation 4, pero al tratarse de productos tan diferentes, supongo que el gigante japonés se salió con la suya. Por un lado, tenemos a la flamante PlayStation 4 Slim, más compacta y eficiente que el modelo original, y por el otro, lo que nos trae aquí es la PlayStation 4 Pro, que incorpora un chip gráfico de la familia AMD Polaris. ¿Es eso suficiente para un 4K nativo? Bueno…
En mi artículo previo sobre la Xbox One S dije que no deberíamos esperar novedades por parte de Sony hasta octubre. Evidentemente, el departamento de relaciones públicas y el CEO Andrew House tenían planes diferentes, y me alegra estar equivocado cuando eso sucede. Después de todo, queremos una mayor comunicación por parte de compañías como Sony, y no lo contrario. Hagamos espacio a no una, sino dos nuevas consolas en la familia PlayStation. En primer lugar aparece la PlayStation 4 Slim, revisión de la PlayStation 4 original que reduce su volumen en un 30 por ciento, y su consumo de energía en un 28 por ciento. Con un precio oficial de 300 dólares y una disponibilidad general a partir del 15 de septiembre, todos los que esperaron para comprar una PS4 tal vez quieran clavar sus garras sobre la versión Slim, sin embargo, Sony también anunció a la PlayStation 4 Pro, previamente conocida como Neo.
La nueva consola es algo así como una «versión de alta gama» de la PlayStation 4, que incorpora un procesador más poderoso (aunque en el fondo sigue siendo un AMD Jaguar de ocho núcleos), y un chip gráfico basado en la nueva familia Polaris. Se supone que este chip duplica el rendimiento del que encontramos en la PS4 original, y aún en resoluciones bajas, el usuario debería esperar una calidad visual superior, ya que incorpora soporte HDR (esto llegará a los modelos previos vía actualización de firmware). Ahora, la gran pregunta: ¿La PlayStation 4 Pro reproduce juegos en 4K nativo? Emmmm… sí y no. Básicamente, la PS4 Pro ofrece a los desarrolladores dos modos optimizados de renderización. El llamado «modo resolución» permite fijar los valores en un punto superior a 1080p, mientras que el «modo calidad» altera la resolución en forma dinámica, dependiendo del rendimiento que se vea dentro del juego. Algunos títulos no tendrán problemas mayores en alcanzar al 4K, como por ejemplo The Elder Scrolls Online, pero otros tal vez lo hagan a un framerate inferior, o directamente apliquen upscaling. La demo que BioWare publicó sobre Mass Effect: Andromeda en la PlayStation 4 Pro fue preparada en 4K a 30 FPS:
El punto más llamativo (y en parte decepcionante) sobre la PlayStation 4 Pro es que no soporta reproducción Blu-ray UHD, cosa que la Xbox One S sí ofrece. Otra historia cuenta el streaming, en donde la PS4 Pro no sufrirá inconvenientes al reproducir 4K, y tanto Netflix como YouTube ya se encuentran trabajando con el objetivo de extender el soporte necesario a través de sus apps oficiales. El precio de la PlayStation 4 Pro es de 400 dólares, y llegará a las estanterías el próximo 10 de noviembre, anticipando al Black Friday y la temporada de Navidad.
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