Pasaron casi dos semanas desde que anunciamos a la Nvidia GeForce GTX 1080 Ti, pero su llegada definitiva al mercado fue el viernes pasado, y algunos portales de la prensa especializada decidieron explorar qué tan lejos se puede ir con este hardware, o en otras palabras, presionar al máximo su potencial de overclocking. Con su configuración de fábrica ya tiene todo lo que necesita para reclamar el escalón más alto del podio, sin embargo, hay muchas situaciones en las que una frecuencia superior entrega beneficios tangibles.
No es una decisión fácil de procesar que digamos. Si acabas de comprar una tarjeta gráfica de 699 dólares, lo último que quieres hacer es causar problemas con un overclocking desmedido. Pero los tiempos han cambiado, y los fabricantes están muy conscientes de que los usuarios buscarán exprimir a su hardware como si fuera una naranja. Las tolerancias son mayores, y los métodos de refrigeración más robustos. Así llegamos a la GeForce GTX 1080 Ti, un salto muy importante en relación a la edición estándar. Los últimos benchmarks la colocan (en promedio) un 28 por ciento más arriba en 1440p, y un impresionante 32 por ciento en 4K. Ahora… ¿qué pasa con el overclocking?
La gente de PC Gamer realizó varias pruebas a las que podríamos considerar como moderadas, subiendo el límite de potencia al máximo permitido de 120 por ciento, 175 MHz adicionales en el núcleo, y 500 MHz en la memoria GDDR5X. Para compensar, el ventilador fue activado de forma estática al 80 por ciento. Dependiendo de la carga, Nvidia trata de que el ventilador gire lo más lento posible para reducir el ruido, y en su configuración normal la temperatura puede superar los 80 grados Celsius. Si estás dispuesto a aceptar más ruido, los números tendrán una baja importante. Honestamente, las pruebas en 1080p ya tienen un perfil anecdótico debido al poder natural de tarjetas como la 1080 Ti y los límites en el CPU, por lo tanto, los benchmarks se enfocaron en 1440p y 4K.
Con el combo «120% / +175 / +500», el aumento del rendimiento es de un 8 por ciento en 1440p, y un 10 por ciento en 4K, que puede hacer la diferencia entre una experiencia muy aceptable, y los siempre deseados 60 FPS. Los títulos más beneficiados por el overclocking fueron Doom (20 por ciento de aumento), y GTA V (9.5 por ciento). Dishonored 2, Far Cry Primal y Gears of War 4 lograron pasar la barrera de los 60 cuadros por segundo. En la otra acera, Civilization 6 (cuya optimización es espantosa) no registró ningún beneficio con el overclocking, y Deus Ex: Mankind Divided apenas ganó cuatro cuadros por segundo. Nos vamos a detener aquí, e imaginar lo que podrá hacer la 1080 Ti una vez que la refrigeración líquida entre en la ecuación.