Una práctica que cada vez se realiza con más frecuencia entre los usuarios. La muestra de que el hardware puede dar más de lo pensado, siempre que se tomen las precauciones necesarias. Acompáñennos a descubrir una tendencia que ha tomado un lugar importante en esta industriaEl concepto de overclocking no es realmente novedoso. Quienes recuerden la época de los primeros Pentium II y Celeron A, sabrán que durante ese período este término comenzó a tomar relevancia. Básicamente, overclocking se le llama a la práctica de subir los valores de frecuencia por encima de lo nominal, o sea, de aquellos con los que viene el dispositivo de fábrica. Diciéndolo así suena un tanto riesgoso, y realmente lo es. Sin embargo, con determinados componentes existe un margen de error lo suficientemente grande como para llevar a cabo el overclocking sin correr ningún peligro. En las páginas siguientes nos centraremos en realizar este proceso en las tarjetas de video, puntualmente en las de ATI y NVIDIA, comentando qué programa utilizar en cada caso y qué modelos son los más recomendados para hacerlo. Además, analizaremos los parámetros a tener en cuenta antes de practicar overclocking, para poder prever si tendremos éxito o no con el mismo.
La idea del común de los usuarios sobre el overclocking es errónea. Salvo en casos extremos y de marcada intencionalidad, hay pocas posibilidades de que se lleguen a quemar los componentes. Obviamente, poner la CPU a funcionar al doble de su velocidad normal sin utilizar una refrigeración adecuada puede derivar en un daño en su estructura electrónica, pero eso es algo que comúnmente no se puede lograr (a menos que queramos dañar nuestro ordenador).
¿Qué indicios hay cuando el overclocking es mayor al soportado?
En el campo de los procesadores, la negación a arrancar, constantes reinicios o seguidos cuelgues son factores de que el valor colocado supera el límite de tolerancia. En cambio, en el terreno de las tarjetas de video es un tanto más difícil de detectar. Dependiendo cuanto nos hayamos “pasado” del límite, las advertencias pueden llegar a venir de distintas maneras: errores gráficos (desaparición de texturas, por ejemplo), fallas visuales notorias (los colores se modifican aleatoriamente) o, directamente, tildando el ordenador.
¿Qué establece los límites del overclocking?
La medida en la que un dispositivo puede soportar una subida en sus valores de frecuencia depende mucho de la calidad de sus componentes y el proceso de fabricación. Una GPU puede ser más o menos overclockeable, pero eso lo descubrimos una vez que probamos cuanto “resiste”. Lo mismo sucede con las memorias, los procesadores y todas las otras clases de chips. En el caso de la unidad de procesamiento gráfico, es difícil saberlo sin hacer los testeos pertinentes. Por ello, se recomienda averiguar por Internet las experiencias de otros usuarios que hayan sometido a sus componentes a exigentes pruebas, como para darse una idea del valor límite.
Algo diferente sucede con las memorias de las tarjetas gráficas. Aquí hay que fijarse la marca y el código de las mismas, ir a la página de ese fabricante y averiguar cuál es el valor máximo de frecuencia que tolera. Poniendo estos dos datos (marca y código) en un buscador, no tendrán inconvenientes en hallar lo buscado.
Teniendo una idea de a cuánto pueden llegar los dos componentes principales (GPU y memorias), se comienza el proceso de overclocking.
¿Con qué se modifican los valores de funcionamiento de la tarjeta de video?
Para los productos de ATI y NVIDIA, dichos valores pueden ser alterados desde sus respectivos paneles de control, los incluidos con los controladores. Pero esto no se aplica a todos los modelos, ya que, para los más antiguos, se necesita recurrir a programas externos. Además, en el caso de NVIDIA, hace falta una modificación al registro para poder acceder a estas opciones. En las próximas dos paginas veremos las aplicaciones necesarias para llevar a cabo el overclocking en las tarjetas de video de las dos empresas más importantes del rubro.
Las tarjetas basadas en las GPU de la empresa canadiense fueron las primeras en hacerse famosas por sus habilidades para realizar esta práctica. Desde la Radeon 9100, capaz de “transformarse” en una 8500 con un simple aumento los valores de velocidad; pasando por el potencial del chip 9550 (llegando, incluso, a compararse con el modelo 9600 XT), siempre han tenido un margen considerable como para experimentar. Además, el software utilizado para hacer overclocking en productos ATI siempre fue el más intuitivo y accesible para los iniciados en el tema. Estamos hablando de ATITool, que recién en su última versión incorporó el soporte para procesadores gráficos de NVIDIA.
Este programa es realmente sencillo de usar. La pantalla principal nos indica, tradicionalmente, dos barras de deslizamiento: una para la GPU y otra para las memorias. Los botones Find Max Core y Find Max Mem sirven para que comience el proceso de incremento de frecuencia (para el núcleo y las memorias, respectivamente), en el cual se muestra una ventana adjunta que contiene una imagen en tres dimensiones muy extraña. Dicha imagen es la que exige de sobremanera a ambos componentes, para detectar rápidamente cuando se produce algún error por trabajar a una frecuencia no tolerable. En el instante que se genera la anomalía, el programa lo comunica mediante el sonido de un beep. Por cierto, el error que se produce se conoce con el nombre de artifact. Esto significa que, si los artifacts son demasiados continuos, será necesario disminuir las velocidades de trabajo, ya que habremos sobrepasado el limite recomendado.
Una vez que encontramos dos valores lo suficientemente estables, con el botón Set Clock los establecemos como definitivos. El problema es que se perderán al reiniciar el sistema, pero ATITool tiene opción para arrancar junto al mismo y volver a aplicarlos. En el botón Settings, abrimos el menú desplegable y elegimos Startup. La segunda opción nos permite hacer iniciar ATITool junto con Windows de diversas formas, siempre que tildemos la línea correspondiente.
Pero existe otro inconveniente para los usuarios de las tarjetas con los chips Radeon 9000, 9200, 9550 y 9600, que se ven imposibilitados de modificar los números de clock. Para quitar esta limitación, sin movernos de la ventana Settings, abrimos el menú y seleccionamos Miscellaneous, donde activamos la línea Remove Radeon 9000/9200/9550/9600 clock lock.
ATITool es una herramienta mucho más completa de lo que comentamos. Incluye un sistema de perfiles, opciones de personalización mucho más profundas y varias cosas más. Por eso, no está de más echarle un vistazo al resto de sus posibilidades, que pueden llegar a ayudarnos un poco más en el proceso de overclocking.
Los usuarios de la compañía de California no la tienen tan sencilla. Hasta la salida de la versión 0.25 Beta de ATITool, la cual -como dijimos anteriormente- agrega el soporte para los chips NVIDIA, no tenían ninguna aplicación diseñada para llevar a cabo el overclock de la forma que lo hace el programita de ATI. Es por esto que era necesario ir incrementando los valores de frecuencia -tanto para la GPU como para las memorias- muy de a poco y probar con algún software de benckmark, como el conocido 3DMark, para verificar que no existiesen errores gráficos (los mencionados artifacts).
En este caso, volvemos a usar ATITool 0.25 Beta para buscar los límites de funcionamiento de nuestra tarjeta de video. Habiendo registrado los valores, necesitamos descargar de Internet una modificación de los controladores de NVIDIA llamada CoolBits. En realidad, se trata de un simple archivo .reg que agrega una entrada al Registro de Windows y adiciona una nueva pestaña al panel de control de NVIDIA. Para instalarlo, solamente ejecutamos el archivo y contestamos Si a la pregunta que surge.
Ahora nos dirigimos a las Propiedades de Pantalla. En la solapa de NVIDIA verán que aparece una nueva opción de título Valores de configuración de la frecuencia de reloj. Allí, en la parte superior, elegimos Sobremarcacion Manual, y del menú desplegable seleccionamos Rendimiento 3D. Hecho ésto, estaremos posibilitados a manipular los cursores de desplazamiento de las velocidades para establecer los valores registrados anteriormente por el ATITool. Por último, para hacer que la modificación sea permanente (y sin necesidad de ningún programa funcionando en segundo plano), terminamos por tildar la línea Aplicar estos parámetros al inicio.
Alternativamente, tenemos otra aplicación para fijar éste y muchos otros aspectos de funcionamiento de las placas de video basadas en chips de NVIDIA. Su nombre es RivaTuner y, a pesar de ser también compatible con ATI, se caracteriza por sus capacidades para realizar modificaciones de “bajo nivel” en los procesadores gráficos GeForce. Los usuarios expertos le encontrarán una verdadera utilidad a este software.
Tomando los recaudos necesarios y estando atentos en cada uno de los pasos a seguir, difícilmente suceda algo que perjudique el hardware de nuestro ordenador. Si comienzan a haber fallas luego de realizar el overclock, sólo tendremos que colocar los valores predefinidos de fábrica para que todo vuelva a la normalidad. Es así de simple.
El tema de las modificaciones en el funcionamiento de las tarjetas de video no termina acá. Algunos modelos se hicieron famosos por poder “transformarse” en otros superiores, solamente habilitándoles componentes internos que vienen desactivados por defecto. Por eso vemos tantas variantes de un mismo chip. Por ejemplo, el GeForce 6800 Ultra tiene 16 pipelines de pixeles, en tanto que el 6800 común tiene solo 12. El chip gráfico es el mismo, y esos cuatro de diferencia quizás no hayan pasado todas las pruebas de calidad de la empresa y por ello hayan tenido que desactivarse. Sin embargo, en muchos casos pueden llegar a funcionar. Con el RivaTuner es posible activarlos y, junto con un poco de overclocking, convertir una GeForce 6800 común en una poderosa 6800 Ultra.
Como ven, las alternativas son varias y muy interesantes. En una próxima nota veremos los pasos necesarios para realizar este último procedimiento comentado. Por el momento, ya tienen lo imprescindible para iniciarse en el apasionante mundo del overclocking. ¡No dejen de intentarlo!.
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