Lo que algunos pueden considerar como un impedimento físico, otros simplemente lo toman como una oportunidad para llevar a cabo algo completamente diferente. Un cineasta canadiense perdió un ojo durante su infancia, pero en vez de cubrir su deficiencia con un simple ojo de vidrio, decidió implantar una cámara en su ojo falso, para lograr una respuesta más real de la gente a la que filmará durante lo que será su próximo documental.
Una cosa es cierta: Ante la posibilidad de salir en televisión, la gran mayoría de la gente tira cualquier naturalidad por la ventana, y presenta una máscara que los haga "verse bien" frente a la cámara. Ni siquiera los llamados "reality shows" dan una idea fiable de la realidad: El simple hecho de que los participantes sepan que están siendo filmados hace que todo cambie por completo. Para eliminar este inconveniente, el cineasta canadiente Rob Spence decidió ocultar la cámara con la que filmará su proximo documental en un lugar muy especial: Uno de sus ojos.
Como mencionamos en el sumario, Spence perdió su ojo durante la infancia. Sin embargo, en esta ocasión tendrá en su ojo una cámara que guardará todo lo filmado en un dispositivo de almacenamiento que estará conectado con la cámara de forma inalámbrica. Esta maravilla tecnológica fue desarrollada por OmniVision, empresa dedicada a todo tipo de cámaras, desde las que van integradas en los móviles hasta las utilizadas por diferentes dispositivos de seguridad. ¿De dónde sacó la idea? Una mezcla entre las cámaras de los móviles y una buena dosis de "The Six Million Dollar Man", también conocida como "El Hombre Nuclear".
El uso de esta cámara le viene como anillo al dedo a Spence, ya que el tema de su próximo documental estará relacionado muy de cerca con tópicos como la privacidad y la seguridad, sobre cómo la sociedad está acercándose cada vez más a lo leído en el libro "1984" de George Orwell. No estamos seguros de si podrá encontrar a algún "Gran Hermano" ahí afuera, pero el hecho de utilizar una cámara oculta en un lugar tan poco pensado como su ojo falso, tal vez le permita encontrar esa manera de ser "real" que todos tenemos cuando no estamos siendo enfocados por una cámara.
Bertrand Tavernier hizo una película en 1979 que se llama La Muerte en Directo, en la que el personaje de Harvey Keitel es un periodista que lleva cámaras implantadas en sus ojos.
Es una película relativamente desconocida, pero visionaria, en la que se transmite en directo la muerte de una enferma terminal en un reality sin que ella lo sepa.
Las cámaras en los ojos o lo premonitorio de un reality en el que si filma la muerte de una persona, que es lo que está pasando ahora con la la británica Jade Goody, ex-participante del gran hermano británico, hacen que sea una película avanzada a su tiempo.
Aquí se puede ver un resumen de la película:
http://www.filmaffinity.com/es/film769074.html
Si llegamos a algo como 1984… prendo fuego todo y entro a matar policias, lo siento, el sistema ya es malo… si es peor rompo todo.
Bueno ya veo baños blindados como los cines para impedir la entrada o salida de informacion… segundo deberian usar los policias esos ojos contra la delicuencia y no contra personas que no hayan comito delito.
sino les mando mi copterbot que entre por una ventan del 5to piso y kaboom por restringir mis derechos…